La pluma mágica
Su primer triunfo literario fue "Un paseo desde el canal de Holmen a la punta de Este de la isla de Amager" en los años 1828 y 1829. Su novela "El Improvisador", de 1835, inspirada en un viaje que realizó por Italia también fue bien recibida por la crítica.
El mismo año aparecieron “O.T.” y “Tan sólo un violinista”, entre otras piezas teatrales como “El mulato” y una autobiografía llamada “La verdadera historia de mi vida”.

Posteriormente publicó el primer fascículo de los “Cuentos de hadas”, contados para niños. Tan grande es la aceptación que tienen estas historias que a esta primera colección le siguen muchas otras, con obras tan conocidas como “La sirenita”, “La vendedora de fósforos”, “Pulgarcita”, “El Patito Feo” o “La Reina de las Nieves”.

Durante su estancia en el Reino Unido, Andersen entabló amistad con Charles Dickens, cuyo poderoso realismo, al parecer, fue uno de los factores que le ayudaron a encontrar el equilibrio entre realidad y fantasía. Inspirándose en tradiciones populares y narraciones mitológicas alemanas y griegas, así como en experiencias particulares, entre 1835 y 1872 escribió cuentos protagonizados por personajes de la vida diaria, héroes míticos, animales y objetos animados.
A Andersen se le atribuye la creación del género de cuentos de hadas, que en su lengua natal se les llamó “eventyr”. “Los escribí de la manera en que se los contaría a un niño”, le confió el propio autor a un amigo
En la línea de autores como Charles Perrault y los hermanos Grimm, el escritor danés identificó sus personajes con valores, vicios y virtudes para describir la eterna lucha entre el bien y el mal.

La maestría y la sencillez logradas por Andersen en sus cuentos no sólo contribuyeron a la rápida popularización de éstos, sino que consagraron a su autor como uno de los grandes genios de la literatura universal. En total escribió 164 cuentos para niños; 36 obras teatrales, seis diarios de viaje, seis novelas, tres autobiografías y muchos poemas.

A los 70 años, afectado de un cáncer al hígado, el escritor murió sumido en la más profunda soledad. Aunque durante muchos años estuvo enamorado de la cantante de ópera sueca Jenny Lind jamás contrajo matrimonio y curiosamente nunca tuvo hijos. A su funeral, celebrado el 11 de agosto, acudió el Rey de Dinamarca.