Novena

El 16 de diciembre, nueve días antes del 25, empiezan los rezos en honor del Niño que nacerá.

Aunque es una tradición cada vez menos común, la costumbre era que familiares y vecinos se reúnen para rezar en conjunto en la parroquia cercana o en las casas.

A veces, después de terminar el rezo del día, se reparte chocolate y dulces después de los cantos.

En Chile primero las rezaban sólo las monjas, pero se extendieron en el pueblo que luego de las oraciones,

cantaba alegres villancicos. Sin embargo, las alegres demostraciones fueron prohibidas en los conventos por el Obispo Manuel Alday y Aspée en 1757 y relegó los nacimientos y altares públicos a las casas particulares.

Hace más de cincuenta años que en El Manzano, VI región, se venera al recién nacido. Está representado por una figura de Jesús adquirida en 1860 a cambio de dos costales de trigo, para rogar por el término de una sequía que afectaba a la zona.

La Novena concluye la noche del 24 de diciembre con una procesión por el camino principal, tras la cual se regresa a la Misa del Gallo, para luego finalizar con el Canto a lo Divino, hasta la madrugada.