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EL CABALLO CHILENO
A diferencia de otra razas criollas, la genealogía del caballo chileno se origina en el Virreinato de Nueva Castilla (Perú). En aquella época, la mayoría de los ejemplares provenían de los valles de Charcas (Bolivia), pero algunos de los potros más finos escogidos para la remonta del segundo gobernador de Chile, García Hurtado de Mendoza, se seleccionaron a través del Virreinato. Y dentro de eso, el caballo que ingresó a territorio nacional era de batalla, de guerra, valiente y encarador, a diferencia de lo que ocurrió en otras latitudes, donde penetró un ejemplar más bien protocolar, de desfiles y más bonito a primera vista. El criollo chileno era rústico, funcional para las tareas del campo. Lo que
más distingue al caballo chileno es su capacidad atlética,
su facilidad para el entrenamiento, su valentía y su instinto
"vaquero", y además de sus grandes cualidades de "corralero"
no hay una raza de más segura pisada para el viajero de las montañas.
A pesar de su baja estatura (ver infografía) ha demostrado que
puede llevar cualquier jinete adulto por las gradientes más exigentes. |
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