Un día como hoy hace 20 años amartizaba en el Ares Vallis la nave Mars Pathfinder. En su vientre portaba el primer vehículo rodante de exploración interplanetaria que llegaba a Marte.
Dos días después o en Sol 2 como les gusta decir a los astrónomos, este pequeño pero talentoso bichito descendía por la rampa de la nave madre para salir a vagabundear por la superficie marciana y llegar donde ningún humano ha llegado.
Con solo 65 cm de largo y un peso en la Tierra de algo más de 11 kilos (solo 4 kilos en Marte), el pequeño vehículo fue nombrado de esa manera gracias a la ocurrencia de Valerie Ambroise, de 12 años, quien ganó el concurso de la NASA para bautizar al pequeño auto robot. La niña se basó en Sojourner Truth, una activista por los derechos civiles de Estados Unidos.
Estaba equipado con un sistema de imágenes consistente en tres cámaras, rastreadores láser, acelerómetros y potenciómetros que le permitirían adquirir información del entorno pedregoso del valle marciano al que había llegado.
De hecho, la distancia más lejana a la que llegó desde la nave madre –conocida como Lander- fueron 100 metros, aunque su sistema de transmisión de datos con el que se enlazaba a aquella tenía un alcance máximo de 500 metros.
Tanto para alimentar los equipos que portaba como para la propulsión, el Sojourner tenía 0,22 metros cuadrados de paneles solares que con 18% de eficiencia podían proveer de 15 watts en la superficie marciana. Además, fue equipado con una batería no recargable de litio cloruro de tionilo que entregaba 150 watts por hora y que le servía para las operaciones nocturnas.
El vehículo tenía una velocidad máxima de 5 cm por segundo o 1,8 km/h, pero en terreno plano, sin obstáculos y contando con la poca gravedad de Marte. Durante sus vagabundeos reales, sin embargo, alcanzó como promedio solo 1 cm por segundo.
Como si fuera un vehículo autónomo moderno, el Sojourner tenía un software que le permitía evadir peligros, de modo que de cuando en cuando se detenía para evitar problemas haciendo que sus recorridos fueran bastante lentos.
Como buen todoterreno, tenía tracción 6x6, con un motor eléctrico en cada rueda. El par de ruedas delanteras y el par trasero eran direccionales. En tanto, la suspensión estaba preparada para que el vehículo soportara inclinaciones de hasta 45° en cualquier dirección sin volcarse.
Al principio estaba previsto que el Sojourner funcionara hasta sol 7, con una posible extensión sol 30, pero el noble explorador terminó funcionando hasta un inesperado sol 91.
Durante su funcionamiento, obtuvo cientos de fotos, visitó rocas cercanas y verificó el efecto del clima marciano en ellas, entregando valiosa información a la humanidad.