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Tras el fin del primer auto eléctrico chileno: ¿Es posible que en Chile se desarrolle la industria automotriz?

Entre los años 60 y 80 en Chile existía la producción de automóviles, algunas ensamblaban y otras fabricaban algunas piezas clave para los vehículos. Sin embargo y pese a que existen recursos energéticos en el país, el mercado local solo cuenta con importación.

17 de Octubre de 2017 | 13:39 | Emol
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Shutterstock
SANTIAGO.- A comienzos de 1960 Chile era un país donde se podía comprar un vehículo fabricado o armado localmente. De hecho, una de los fabricantes precursores de aquello fue General Motors en Arica en 1962, quienes gracias a las bondades del puerto contaban con ensamblaje para Opel y Chevy. Incluso, en esa época existían más de 20 plantas ensambladoras en la ciudad.

Hace algunos años se estuvo cerca de ser un país con potencia para la construcción de automóviles. En 2012 se creó el primer auto eléctrico chileno llamado Soki, que permaneció "vigente" por cinco años hasta ayer que, tal como su fundador, Daniel Pavez, le contó a Emol, la empresa se tomaría un tiempo debido a que las ventas e interés por el auto bajaron y los incentivos no fueron suficientes para que este proyecto surgiera. Incluso, el modelo hecho en el país fue entregado a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Talca.


Además, cabe recordar que el país cuenta con unas de las materias primas claves para la construcción de vehículos: litio y cobre. Sin embargo, nada de esto es potenciado. Entonces, ¿qué se necesita para que Chile pueda volver a tener plantas o fábricas de autos?, ¿falta interés estatal para poder crearlo?, ¿es voluntad de los privados?, ¿se requiere de mayor incentivo para hablar de fábricas de vehículos en el país? Los expertos responden.

¿Qué requiere Chile para desarrollar una sólida industria automotriz?
Principalmente se tiene que desarrollar bien todo lo que está pasando con la industria del litio. Lo que hoy nos puede permitir a nosotros ser referentes a nivel mundial con respecto a esta tecnología. Por lo mismo, hoy con un país y un mundo tan globalizado podríamos volver a considerar tener fábricas acá. De hecho, ya hay un par de propuestas de empresas asiáticas que quieren instalarse en Chile con sus plantas. Entonces, creo que es solo un tema de tiempo concretando las nuevas tecnologías que van a empezar a tomar un revuelo distinto.

Todo esto está en desarrollo todavía. La industria automotriz va a tener cambios de aquí al 2020 o 2025. Hay que considerar que en Europa desde 2020 no producirán más autos a combustión interna y serán eléctricos. Con esa lógica y considerando que nosotros tenemos el recurso en nuestro país, deberíamos considerar que no es tener el apoyo estatal, sino más que nada de las mismas empresas que quieren construir sus vehículos acá, de los privados.

Chile tiene todo el potencial para convertirse en un productor de nuevas tecnologías. No solamente del tema vehicular. Las universidades también están trabajando harto en temas de investigación y eso llevará a que se desarrolle esa industria.

El problema es que Corfo te pide ventas del producto o tener segura la venta para poder financiar y todos los fondos buscan lo mismo. En el caso del Soki con el capital que tenían, llegaron a armar el auto y fue un muy buen producto, pero la autonomía del auto que ellos produjeron era súper baja, de 60 kilómetros. Entonces, tampoco era tan atrayente considerando que Tesla ya tiene modelos con 600 kilómetros de autonomía. Además, al ser un monoplaza o biplaza, tampoco era tan atrayente. En su caso, pasa más por ese lado.
Juan Barichevich, director de Área Mecánica de INACAP.
Estos temas tienen que pasar por un esfuerzo del Estado desde el punto de vista tributario de fomento. Es decir, que ponga las facilidades el Estado de alguna manera para que se vengan a instalar fábricas acá, eso es.

Lo que me imagino que pasó con el litio es que se hizo la licitación y se la dieron a siete empresas, una de esas es china, si no me equivoco, y ellos hicieron la propuesta de que las baterías se hagan en Chile. Por lo que ya se está haciendo un valor agregado. Y si se piensa, el día de mañana el país debiese hacer los autos eléctricos, ya que la gran cantidad del vehículo es litio y cobre, que es todo de lo que está hecho la interna del motor. Eso demuestra que si Chile no es fabricante de autos, sí de motores y baterías. Eso es la materia prima. Y también eso es un resorte del estado que tiene que generar las condiciones para que el privado, en este caso extranjero, venga y se instale a invertir acá.

Se necesita fomento y eso es Corfo. Eso se puede ser a través de un tema tributario o un fondo, incentivo, hay un montón de mecanismos de fomentos que son más simples, como los del gobierno. Pero si hay voluntad se puede hacer, hay varios mecanismos de fomento que se pueden utilizar.
Gonzalo Marín, gerente general de Cámara Nacional de Comercio Automotriz de Chile (CAVEM).
Primero que nada tienen que existir los volúmenes. Chile todavía, a pesar que este año puede que sea uno de los periodos más altos en la industria automotriz, vamos a cerrar el año posiblemente con 355 mil unidades vendidas. Y para tener una industria relativamente sana como producción, necesitas sobre un millón de vehículos. Ahora, hay países como Argentina que no producen aún un millón, pero están cerca y tienen un porcentaje de integración muy alto junto con Brasil y es por eso que pueden subsistir. Pero si no tienes el volumen, es muy difícil que puedas sostener una base industrial capaz de producir componentes para ésta.

Antiguamente, habían plantas ensambladoras donde se hacía un porcentaje de integración que no llegaba a más de un 30% y esas plantas evidentemente producían muy poco localmente. Tapices, neumáticos, baterías, vidrios, algo de mano de obra. Pero el resultado de eso era que terminabas con un producto que tenía un precio bastante más alto que si lo importaras. Entonces, en el fondo cuando se tiene una industria nacional que es poco efectiva, estás haciendo pagar a todos los usuarios un mayor precio por esa ineficiencia. Chile hace muchos años optó por no "subsidiar" industrias que no son realmente competitivas y dedicarnos a cosas que sí lo son y donde tenemos ventajas. En la industria automotriz nunca podríamos ser competitivos por los volúmenes que tenemos.

Ponerle incentivos a una industria que no es eficiente, porque no puede ser eficiente por el volumen, no tiene mucho sentido. Con respecto a la producción de baterías, por ejemplo, eso sería distinto porque tenemos la materia prima aquí. Pero se ve que en cuanto a baterías, en el mundo ya hay competidores que están participando en su fabricación y que están tremendamente adelantados y en Chile ni siquiera hemos comenzado con una iniciativa de este tipo.
Roberto Maristany, presidente de Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC).
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