Las empresas Isuzu y Honda suscribieron un acuerdo para avanzar en conjunto en el desarrollo de camiones pesados impulsados por hidrógeno como respuesta a las actuales exigencias mundiales en cuanto a la necesidad de reducir la emisión de gases contaminantes.
La alianza surge tras el interés de Isuzu de avanzar en el desarrollo de nuevos combustibles para equipos pesados y donde otros actores de la industria ya han comenzado a dar sus primeros pasos, como es el caso de Mercedes-Benz con su prototipo de camión recolector de basura 100% eléctrico.
De ahí que el fabricante de vehículos industriales de Japón propuso a los ejecutivos de Honda formar una alianza, donde estos últimos aporten con toda la experiencia acumulada en casi tres décadas de investigación y desarrollo en torno a vehículos impulsados por hidrógeno.
Por su parte, Isuzu hará lo propio con tecnología relacionada a motores diésel más eficientes y bloques impulsados por gas natural, entre otros avances.
El acuerdo no dejó de llamar la atención ya que esta es primera vez que Honda ofrece su tecnología a un fabricante externo para su implementación en vehículos comerciales, lo que abre la puerta para que se plantee esta como una nueva línea de negocios.
La intención de ambas compañías es llevar estos camiones al mercado lo más rápido posible, lo que servirá además a Honda para valorar la comercialización de su pila de combustible a otros fabricantes y desarrollarla para otros sectores, como es el caso del naval.
De hecho, los ingenieros de Honda llevan años insistiendo que la pila de hidrógeno es la mejor alternativa de propulsión cuando se habla de equipos comerciales pesados.
Los vehículos impulsados por hidrógeno cuentan con las ventajas de ser tan ecológicos durante su uso como los movidos por baterías, ya que solo emiten agua, permitiendo autonomías tan grandes como los de combustión y tiempos de recarga también similares.
Sin embargo, su adopción se ha visto obstaculizada por la complicada infraestructura de reabastecimiento de hidrógeno y también por el avance tecnológico de las baterías, que ofrecen cada vez mayores capacidades, mayor velocidad de recarga y precios más asequibles, con lo que se reduce el campo donde puede aporta el hidrógeno.