El fabricante de autos Mini anunció que en un futuro cercano dejará de ofrecer ejemplares con tapicería de cuero y que cambiará este material por elementos sintéticos reciclados, tomando así el camino que otros constructores ya han emprendido para responder a las crecientes tendencias de los consumidores y reducir los costos de producción.
Oliver Heilmer, jefe de diseño de la marca británica, dijo al medio Autocar que el actual formato no es sustentable y de ahí el fundamento principal para adoptar esta medida. En ese contexto, aseguró a los clientes de la marca que esta decisión en ningún caso afectará la calidad interior de sus vehículos.
"Es una simplicidad inventiva. Los materiales se reciclarán, pero son lujosos al mismo tiempo. E inventivo en términos de función. Por ejemplo, usamos corcho en el Urbanaut (modelo conceptual). La estética vendrá más desde la perspectiva del hogar que desde la del automóvil", explicó el profesional de Mini.
En tal sentido, el jefe de diseño de la marca no quiso adelantar un cronograma para la transición, algo que se estima no ocurrirá en el corto plazo, ya que al anunciar sus próximos lanzamientos el fabricante incluyó la opción de cuero Nappa.
No obstante, se estima que cuando ocurra el cambio de materiales tendrá un importante impacto en la marca, especialmente si se considera que el 54% del total de unidades comercializadas durante 2020 en el Reino Unido fueron requeridas precisamente con tapicería de cuero real.
Por el momento no son muchos los fabricantes de vehículos que han logrado eliminar totalmente el uso de cuero real en su línea de producción, pero son varios los que ya avanzan en esa línea y que han logrado importantes avances.
Por ejemplo, Tesla en su última actualización del Model S y Model X eliminó la tapicería de cuero genuino y el Mustang Mach-E de Ford usa el llamado cuero vegano en su interior. En esa línea, la marca Polestar (Volvo) solo utiliza en sus coches un nuevo material sintético llamado WeaveTech.
Por el momento, el principal problema que enfrentan estos nuevos materiales es el desafío de la durabilidad, tomando en consideración que un porcentaje no menor de las personas conservan por años sus vehículos.
Prueba de ello es un estudio de IHS Markit publicado en 2019 y que proyecta que para 2023 habrá alrededor de 84 millones de vehículos en las carreteras de Estados Unidos con al menos 16 años de antigüedad, más del doble que en 2002.
No es suficiente que las telas y las superficies de los asientos se obtengan de manera responsable, también tienen que resistir la prueba del tiempo, indican los expertos. De ahí que en la actualidad el gran desafío para estos nuevos materiales es la durabilidad.