La startup Merlin Labs lleva años desarrollando tecnología para crear aviones autónomos para transportar carga y pasajeros con altos estándares de seguridad. En ese contexto, la compañía acaba de anunciar que no solo ha recaudado 25 millones de dólares en fondos de Google Ventures y First Round Capital, sino que también alcanzó un acuerdo con el contratista de servicios de aviación Dynamic Aviation para comenzar a poner en operación comercial su tecnología de aeronaves autónomas.
Ambos anuncios, indicaron, son los primeros pasos hacia un proyecto aún más ambicioso y que apunta a masificar esta tecnología en los cielos del mundo.
Según se precisó, el acuerdo con Dynamic Aviation establece que la startup, con oficinas en Estados Unidos y Nueva Zelanda, suministrará su sistema de piloto automático a un total de 55 de los aviones King Air del contratista.
Para eso, Merlin Labs ya ha realizado vuelos de prueba con el primer avión de King Air en el puerto aéreo y espacial de Mojave, mismo lugar donde ha desarrollado otros ensayos con cuatro tipos de aviones diferentes y que van desde aeroplanos monomotor hasta aeronaves más complejas con varios motores.
"En lo que estamos trabajando es en la creación de un piloto digital verdaderamente autónomo", dijo Matt George, director ejecutivo de Merlin Labs, al sitio The Verge.
El portavoz de la empresa añadió que la idea de desarrollar esta tecnología no solo apunta a poder volar un avión sin la necesidad de contar con un piloto, sino también operar aviones más grandes con una tripulación reducida al máximo posible.
De ahí que la apuesta fue “tomar aviones existentes, que ya están disponibles, y permitir que esos aviones puedan volar de forma autónoma".
Autónomos y no a control remoto
Matt George agregó que estas aeronaves no serán controladas por un operador remoto instalado en alguna sala de comando, tal como ocurre con los avión no tripulado Predator, sino que dotarlos de tecnología de conducción totalmente autónoma.
“No creemos en el pilotaje remoto (...) creemos fundamentalmente que la gran mayoría de la autonomía debe estar en el avión", dijo el ejecutivo, quien agregó que eso evita el riesgo de tener "un gran trozo de metal lanzado en el cielo" en caso de perder la señal con el operador.
Merlin visualiza el papel de sus pilotos remotos más bien como supervisores, monitoreando docenas de aviones en el cielo a la vez, pero dejando la gran mayoría de las tareas, desde la comunicación con el control del tráfico aéreo hasta la navegación, al software autónomo.
La tecnología de aviones autónomos desarrollada por Merlin Labs, añadió Matt George es bastante simple de implementar, mucho más que en el transporte terrestre.
Esto se debe, básicamente, a que en la actualidad se tiene una visión completa de todo lo que está en el aire, al menos en Estados Unidos, gracias al sistema de radar de la red de control de tráfico aéreo, lo que le permite a la aeronave trazar una ruta segura para llegar a su destino, a lo que se suman los transpondedores digitales que se exigen todas las aeronaves para conocer su posición.
El vuelo autónomo no es tan extravagante como puede parecer, dice en su reporte The Verge, ya que en la actualidad la tripulación se encarga básicamente del despegue y aterrizaje, ya que el vuelo queda básicamente en manos de sistemas computacionales.