Los detractores de los autos eléctricos estiman que los beneficios medioambientales de estas unidades son exagerados, aún cuando distintos estudios han demostrado que estos ejemplares emiten efectivamente menos gases de efecto invernadero que los autos con motores de combustión interna.
Pese a ello, quienes critican estas nuevas tecnologías indican que sus emisiones se generan en distintas etapas de su producción, ocultando sus reales niveles de contaminación.
A raíz de eso, un trabajo de la agencia AFP buscó establecer la veracidad de las tres afirmaciones que más circulan en las redes sociales en contra de los cero emisiones.
Vehículos "de carbón"
Un argumento frecuente es que estos coches eléctricos emiten tantos gases de efecto invernadero como los autos térmicos, ya que la electricidad que usan para funcionar es producida por centrales que operan en base a energías fósiles, como el carbón.
Pese a ello, un estudio de la Agencia estadounidense de protección del Medio Ambiente estableció que esa afirmación no resulta 100% exacta.
En el reporte se indica que un auto eléctrico cargado en Saint Louis, en Misuri -uno de los estados cuya electricidad más depende del carbón- produce en promedio 247 gramos de dióxido de carbono (CO2) por milla recorrida (unos 154 gramos por km), contra 381 gramos para un vehículo térmico.
En ese sentido, se indicó que el balance de carbono de un vehículo eléctrico dependerá básicamente de la región o el país donde se produce la recarga. Así las cosas, un automóvil eléctrico generará más contaminación en Polonia o en naciones asiáticas, donde se produce buena parte de su electricidad a partir del carbón, a diferencia que en Francia donde depende mayoritariamente de la energía nuclear.
Y si se toma en cuenta la totalidad del ciclo de vida, incluyendo la producción de materias primas de baterías, y yendo hasta el reciclado de fin de vida, los vehículos térmicos emiten bastante más C02 que los autos eléctricos, según la organización de expertos International Council on Clean Transportation (ICCT).
Extracción minera sucia
La fabricación de baterías es un proceso que gasta mucha energía, porque algunos componentes proceden de la extracción minera y porque las materias primas deben ser transportadas por todo el mundo para el proceso de ensamblaje y venta.
Según un post compartido en Facebook habría que cavar 227 toneladas de tierra para extraer los metales necesarios para una sola batería de vehículo eléctrico.
Esta estimación, añade el reporte de AFP, parece proceder de un análisis publicado en 2020 por el Manhattan Institute, un grupo de investigación escéptico ante el cambio climático.
Al respecto, varios expertos consultados por el medio de prensa indicaron que estas cifras son engañosas. "Son una grosera exageración" estima Peter Newman, profesor de desarrollo duradero en la Universidad de Curtin, en Australia. Según él, todo depende de la región de exploración y del tipo de batería que se analice.
Más allá de su efecto en el clima, la extracción minera tiene otros impactos negativos, dicen los detractores de los autos eléctricos y recuerdan que el 70% del cobalto, uno de los componentes de las baterías, viene de la República Democrática del Congo, donde los niños son explotados en las minas.
No obstante, los expertos del clima de la ONU (Giec) concluyeron que pese a ello es fundamental avanzar en esta tecnología, ya que el riesgo de calentamiento climático causado por los gases de efecto invernadero es una amenaza para la humanidad.
"En todo caso está claro que el impacto social y medioambiental del calentamiento climático es catastrófico y de una magnitud mucho mayor que el de la extracción minera para las baterías" asegura Georg Bieker, investigador del ICCT.
En esa línea no son pocos los fabricantes de autos eléctricos, como Tesla, que ya avanzan en el desarrollo de tecnologías que eliminan el cobalto de las fuentes de poder.
El riesgo de la nieve
Tras una tormenta de nieve en Virginia, en Estados Unidos, internautas compartieron en Facebook posts asegurando que los coches eléctricos pueden estropearse en los atascos, dejando a sus pasajeros atrapados sin calefacción en el interior y alargando aún más las filas de autos.
Varias organizaciones de fact-checking han tratado de verificar esta afirmación y no han encontrado pruebas de que sea cierta.
El tema del excesivo consumo de los coches eléctricos cuando hace frío es objeto de debate entre los expertos, y algunos afirman que los autos térmicos consumen más porque deben conservar el motor encendido para hacer funcionar la calefacción.
La revista británico Which probó la batería de un 4x4 eléctrico simulando una situación de atasco en verano, con el aire acondicionado, las luces encendidas en el interior, y una tableta conectada.
En esas condiciones estivales (pero no desde luego invernales) solamente se consumió el 2% de la batería en una hora y cuarto, es decir el equivalente de 13 km de autonomía, lo que no debería generar mayores problemas.