El pasado 14 de febrero marcó una fecha importante en la industria automotriz luego que el Parlamento Europeo aprobara el proyecto de ley que pone fin a la venta de vehículos nuevos con motores de combustión interna a partir de 2035.
Esta medida fue acordada en el bloque como parte de las acciones dispuestas para detener el cambio climático estipuladas en el Acuerdo de París. Ahora, el cuerpo legal entra en su última etapa y donde requiere de la aprobación de todos los países miembros.
Sin embargo, las primeras voces de descontento ya comenzaron a alzarse en el Viejo Continente y Alemania solicitó dejar el combustible sintético exento de esta prohibición.
Así lo declaraba a principios de febrero Michael Theurer, Secretario de Transporte alemán, quien señaló que “la Comisión debería presentar una propuesta sobre cómo se pueden utilizar los combustibles electrónicos o cómo se pueden organizar los motores de combustión que funcionan con combustibles neutros en carbono”.
"Necesitamos tecnología de hidrógeno y también e-combustibles, especialmente en vehículos pesados, en el transporte como camiones", añadió.
Esto va en línea con la publicación de Germany Trade & Invest, agencia de comercio exterior e inversiones internas de Alemania, que explicó que la industria automotriz representa más de una quinta parte del PIB del país, de ahí que es importante realizar esta medida sin afectar la venta de vehículos.
Italia también alzó la voz
Después de anunciarse la prohibición, uno de los primeros países que mostró su descontento fue Italia. El encargado de hacer presente esta postura fue el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, quien planteó la necesidad de reconsiderar los objetivos propuestos.
Según publica el diario italiano Corriere della Sera, Tajani habría pedido a la Unión Europea reducir las emisiones de los coches en un 90% para 2035 y no exigir el 100%, tal como lo votó el Parlamento Europeo. “Debemos defender nuestra industria automovilística (...) Soy un gran partidario del coche eléctrico, pero los objetivos ambiciosos deben alcanzarse de verdad, no solo sobre el papel”, explicó el ministro italiano.