El fabricante Nissan planea invertir poco más de 660 millones de dólares (600 millones de euros) en Ampere, la nueva filial de software y vehículos eléctricos de Renault en Europa. Además las dos compañías también planean establecer participaciones accionarias cruzadas más equitativas en la nueva versión de la ya antigua alianza automotriz franco-japonesa.
El cambio pondrá fin a una disparidad que había causado fricciones entre las automotrices.
Renault Group y Nissan mantendrán el 15% de las acciones cruzadas entre sí, y Renault transferirá el 28,4% de sus acciones de Nissan a un fideicomiso francés, para mantener los derechos de voto de cada parte en el 15% del total, dijeron las compañías en un comunicado.
“Los acuerdos que se firmaron hoy nos permiten pasar al siguiente capítulo de la alianza”, dijo Jean-Dominique Senard, presidente de la sociedad conjunta.
La alianza entre Renault y Nissan nace en 1999 cuando esta última estaba al borde de la bancarrota, por lo que la sociedad era dominada por los galos. Ahora, el nuevo acuerdo, anunciado inicialmente a principios de este año, no solo iguala las condiciones, sino también exige que las empresas trabajen juntas en marketing, vehículos y tecnología en América Latina, India y Europa.
La sociedad Nissan-Renault ha tenido sus altibajos. Carlos Ghosn, enviado por Renault para liderar un cambio en Nissan, fue un ejecutivo estrella hasta su arresto en Japón a finales de 2018 por varios cargos de mala conducta financiera.
La alianza, que incluye al pequeño fabricante de automóviles japonés Mitsubishi Motor Corp., ha tratado de dejar atrás ese escándalo.
Nissan también anunció los resultados financieros, que mostraron que su beneficio neto se duplicó con creces a 105.500 millones de yenes (753 millones de dólares) entre abril y junio. Las ventas en la mayoría de los mercados fueron sólidas, compensando la debilidad en China, dijo la marca.
