En 2023, China alcanzó un hito histórico en sus exportaciones de vehículos al vender casi 5 millones de unidades en el extranjero, más del doble que al inicio de la década. Ante esta fuerte expansión, el gigante asiático ha subrayado la importancia estratégica de los mercados latinoamericanos, aspecto que ha sido resaltado por la prensa oficial del país.
La plataforma especializada Nyvus apunta a los países que miran al océano Pacífico como los principales mercados para los automóviles chinos, y señala especialmente el caso de Chile, donde los vehículos de marcas del gigante asiático llegaron a alcanzar una cuota de mercado del 33,5% en 2022, bajando al 28,4% a finales de octubre de 2023.
Chile fue el primer país en firmar un tratado de libre comercio con China en 2007 y desde entonces ha sido un destino importante para marcas como Chery y Great Wall, entre otras.
Chery, por ejemplo, se ha destacado como una de las cinco marcas más vendidas del sector el año pasado, con cerca de 25.000 unidades comercializadas, con un objetivo de aumentar las ventas en un 22% para 2024.
En México, uno de cada cinco automóviles vendidos es chino, según la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA). BYD, el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos, planea instalar una planta de fabricación en el país, posiblemente en el estado de Nuevo León.
Esta no sería la primera fábrica de vehículos chinos en México, ya que JAC Motors estableció una en Hidalgo en 2017.
En Brasil, aunque las ventas de automóviles chinos son relativamente bajas, empresas como Chery producen vehículos localmente, con planes de expansión para exportar a otros países de América Latina. Otras compañías como Great Wall y BYD también han anunciado importantes inversiones en el país para expandir su presencia en la región.
Argentina presenta un caso similar, con una cuota de mercado de vehículos chinos del 0,5%. Sin embargo, empresas como Chery han anunciado inversiones millonarias para construir fábricas y producir vehículos eléctricos destinados al mercado latinoamericano.
Si bien en algunos países latinoamericanos la presencia de automotrices chinas es menor, estas marcas buscan expandirse en la región, aprovechando tanto el crecimiento del mercado como las oportunidades de producción local.
