El Salón del Automóvil de Detroit, considerado uno de los eventos automotrices más importante de Estados Unidos, pasa por una verdadera crisis que quedó registrada este año con una alarmante caída en su asistencia tras anotar sólo 275.000 visitantes en 11 días. La cifra marca una disminución de casi 500.000 personas en comparación con los 774.179 asistentes de 2019.
El evento, que en el pasado fue un referente en la industria automotriz, ha perdido relevancia ante la falta de novedades significativas. De hecho, en esta edición, los modelos Ford Mustang RTR y Mustang GTD Spirit of America, fueron revelados antes de la cita, dejando como única atracción la entrega de los premios North American Car, Utility and Truck of the Year.
A pesar de los esfuerzos de los organizadores por mostrar un panorama optimista, indica un reporte de Carscoops.com, la ausencia de grandes fabricantes y la necesidad de llenar el espacio con concesionarios y exhibiciones ajenas al sector han debilitado el atractivo del auto show.
De hecho, su impacto económico estimado en 370 millones de dólares no ha sido suficiente y ahora el futuro del evento es incierto si la tendencia negativa continúa, algo que ya han vivido otros eventos de esta magnitud.
El año pasado, por ejemplo, el legendario Salón del Automóvil de Ginebra anunció finalmente su fin en Europa tras más de un siglo de existencia para trasladarse definitivamente a Qatar.