La elección del color de un vehículo es fundamental si lo que se desea es evitar una rápida depreciación de este y así lo comprobó un reciente estudio que reveló cuáles son las tonalidades que mejor conservan el valor de los automóviles y cuáles son una mala elección.
La investigación fue realizada por la plataforma iSeeCars y estableció que los vehículos que salen de fábrica en colores amarillos, naranjas y verdes son los que mejor conservan su valor en el mercado de autos usados.
El reporte indica que luego de tres años de uso, los autos amarillos solo pierden un 24% de su valor original, seguidos por los naranjas (24,4%) y los verdes (26,3%). Esto contrasta con el promedio general de depreciación, el que alcanza el 31%.
Karl Brauer, analista ejecutivo de iSeeCars, explicó en Carscoops.com, que estos colores no son muy comunes, lo que genera una mayor demanda frente a una oferta limitada. "No son populares, pero esa rareza les da una ventaja en el mercado de segunda mano", explicó el experto.
Los colores más comunes, como el blanco y el negro, ocupan posiciones más bajas en cuanto a retención de valor. Estos tonos se deprecian entre un 31,9% y un 32,1%, lo que significa que en mercados como el estadounidense esto vehículos sufren una pérdida promedio de más de 15 mil dólares tras tres años de uso, dependiendo del modelo.
"El blanco y el negro son tan abundantes que no ofrecen distinción, lo que hace más fácil encontrar precios bajos en esos colores", agregó Brauer.
El estudio también desglosó los resultados por tipo de vehículo. En el segmento de las camionetas, el naranja vuelve a destacar, con una depreciación mínima del 16%, seguido por el verde y el gris. Por el contrario, las camionertas blancas, beige y rojas fueron las más afectadas, con caídas superiores al 28%.
Para los SUV, el naranja también lidera la lista con una pérdida del 27,1%, mientras que los convertibles amarillos y naranjas retienen mejor su valor, con depreciaciones cercanas al 20%. En el caso de los coupés, el amarillo nuevamente es el más ventajoso, con apenas un 14,5% de depreciación en tres años.
A lo largo del tiempo, estas tendencias se han mantenido constantes. Desde 2017, el amarillo y el naranja figuran entre los colores con menor pérdida de valor, demostrando que la elección del color puede tener un impacto económico duradero.
