La industria automotriz vive tiempos de profundas transformaciones como resultado de una rápida transición hacia los vehículos eléctricos, dejando en el recuerdo los años donde la potencia del motor era lo que importaba. Así de categórico fue el vicepresidente de la estadounidense Ford, John Lawler, quien explicó que hoy los consumidores se fijan más en el diseño y tecnología de los vehículos que en las opciones motrices que ofrecen.
Añadió que debido a eso la empresa explora la posibilidad de finalmente subcontratar la fabricación de motores y centrarse en el desarrollo de nuevos software y tecnologías de electrificación.
"No creo que los consumidores piensen realmente en los motores como lo hacían hace 30 años", señaló el ejecutivo durante una conferencia sobre decisiones estratégicas de Bernstein, según publica Automotive News.
Lawler indicó que los conductores priorizan hoy la tecnología a bordo, la conectividad y la seguridad, y que la pantalla táctil se ha convertido en el nuevo símbolo de estatus, por encima de si el auto tiene un motor de gasolina, diésel o híbrido.
"Los motores de combustión definían lo que era un vehículo (...), gran parte de eso ha desaparecido", sentenció Lawler.
El directivo fue más allá y destacó que China podría jugar un papel clave como proveedora global, dado que sus costos de producción son, según Ford, un 30% más bajos que en el resto del mundo y tiene un exceso de capacidad de entre 10 y 11 millones de unidades.
De esta forma, Ford explota la posibilidad de seguir la tendencia de otras grandes marcas como BMW o Mercedes-Benz, que ya recurren a motores de terceros para optimizar recursos.
La automotriz estadounidense además concentrará sus esfuerzos en desarrollar autos eléctricos y soluciones de software, adaptándose a un mercado donde el motor ha pasado de ser la estrella, a un simple componente más.