Los vehículos del fabricante estadounidense Tesla son verdaderas computadoras sobre ruedas. Gracias a su conexión en red, recopilan miles de datos que alimentan la inteligencia artificial de su sistema de conducción semiautónoma, llamado Full Self-Driving (FSD).
En ese contexto, la compañía liderada por Elon Musk enfrenta duras críticas tras negarse sistemáticamente a compartir estos registros con autoridades, incluso después de graves accidentes fatales donde su tecnología queda en entredicho.
En esa línea, una investigación publicada por el medio británico "The Guardian" estableció que esta actitud poco colaborativa del fabricante automotriz apunta a ocultar información clave sobre fallos de su Autopilot, su sistema avanzado de asistencia al conductor.
Esta situación, agrega el reporte, quedó en evidencia tras los llamados "Tesla Files", filtración de más de 23.000 documentos internos publicada por el diario alemán "Handelsblatt" en 2023.
En ellos se documentan más de 2.400 quejas por aceleraciones indebidas, 1.500 por fallos de frenado, 383 "frenadas fantasma" y más de 1.000 accidentes, algunos con resultado de muerte.
El problema es que, pese a la cantidad de registros, Tesla no entrega acceso completo a esta información cuando ocurre un siniestro y en varios casos, las causas exactas no se han podido determinar y las investigaciones han sido archivadas debido a esta negativa.
Las autoridades, agrega el reporte del medio británico, han recibido explicaciones fragmentadas, como que solo se disponía de datos previos al accidente o que los registros desaparecieron, algo que parece difícil si se considera que los datos no sólo se almacenan en una especie de “caja negra” no ignífuga en el vehículo, sino que además esta se sincronizan con servidores centrales de Tesla en tiempo real para resguardar la información, la que rara vez se entregan en su totalidad a los investigadores.
Además, en accidentes graves donde el vehículo se incendia, como ha ocurrido en varios casos fatales, se pierde toda posibilidad de acceder a la memoria interna del auto.
Taxis autónomos bajo la lupa
En paralelo, Tesla puso en marcha en Austin, Texas (EE.UU.) sus primeros robotaxis totalmente autónomos. Aún sin estar aprobado oficialmente para uso sin supervisión humana, el sistema Full Self-Driving ya transporta pasajeros.
Desde su debut, ha protagonizado maniobras erráticas y frenadas injustificadas cerca de vehículos policiales, lo que llevó a una nueva investigación por parte de la NHTSA (agencia estadounidense de seguridad vial), aunque Tesla pidió mantener los datos bajo confidencialidad.
The Guardian advierte que las autoridades locales muchas veces no solicitan los datos clave porque desconocen que pueden hacerlo. Y aunque Tesla ha demostrado, como en el reciente atentado con una Cybertruck en Las Vegas, que puede analizar en detalle cualquier incidente, la empresa argumenta razones comerciales y de privacidad para no liberar la información.
Con el sistema Autopilot siendo cuestionado por su excesiva permisividad y tras eliminar sensores y radares en favor de cámaras, las dudas sobre la seguridad de estos vehículos se intensifican.
Un video viral protagonizado por un ingeniero de la NASA mostró que el sistema no detectaba ni un muro ni un maniquí infantil en su ruta poniendo en duda su real eficiencia.