El Ministerio de Defensa de Israel decidió cancelar la entrega de vehículos eléctricos de la marca china BYD a oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), ante el temor de que sus sistemas electrónicos puedan ser utilizados para espionaje.
La medida surge tras una serie de advertencias de expertos en ciberseguridad, quienes sostienen que los sensores y sistemas de comunicación integrados en estos vehículos podrían recolectar y transmitir información sensible a servidores ubicados en China.
Entre los modelos afectados, reporta una nota de Motorpasion.com, se encuentra el BYD Atto 3, destinado originalmente a sus tenientes coroneles. Aunque Israel ya contaba con más de 600 autos eléctricos chinos en su flota militar —incluidos modelos de MG y Chery—, esta es la primera vez que se prohíbe su uso en bases de alta seguridad.
Los sistemas de emergencia eCall, que permiten contactar automáticamente a servicios de asistencia en caso de accidente, fueron desactivados en estos vehículos como medida preventiva. Sin embargo, esta acción no ha sido considerada suficiente por los expertos israelíes.
El doctor Harel Menashri, jefe de cibernética del Instituto Holon de Tecnología, advirtió que estos vehículos pueden recopilar datos visuales, sonoros e incluso biométricos tanto de los ocupantes como del entorno, y enviarlos al extranjero sin control.
A pesar de la medida, BYD continúa siendo la marca de autos eléctricos más vendida en Israel, con sus modelos Atto 3 y Seal U encabezando las cifras de ventas. Esto plantea dudas sobre el verdadero alcance de la decisión y los riesgos asociados al uso civil de estos vehículos.
La prohibición también podría interpretarse como una maniobra política para alinearse con Estados Unidos, país que desde hace años ha alertado sobre los riesgos que representan los vehículos conectados fabricados en China.