La industria automotriz europea vuelve a cuestionar la hoja de ruta del bloque de países para la electrificación total del parque automotor. En particular, la medida que prohíbe la venta de vehículos nuevos con motor de combustión a partir de 2035.
Ola Källenius, CEO de Mercedes-Benz y actual presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), publicó una carta abierta en la revista The Economist donde alerta sobre los efectos no deseados de esta regulación.
Según Källenius, imponer una electrificación total sin alternativas realistas podría llevar a Europa a un escenario similar al de Cuba: con vehículos viejos, contaminantes y sin acceso a autos nuevos.
"La prohibición de facto de los motores de combustión podría provocar un efecto (llamado) La Habana. Los consumidores que aún no están listos para cambiar a eléctricos conservarán autos antiguos durante más tiempo", advierte el ejecutivo.
El ejecutivo recordó que la industria ha invertido más de 250 mil millones de euros en electrificación, lanzando cientos de modelos, pero el mercado aún no responde y prueba de eso es que los autos eléctricos representan solo el 15% de las ventas en toda la UE.
A esto se suma el envejecimiento del parque automotor. En el bloque de los 27, la edad media de los autos supera los 12 años, y en países como España, llega incluso a los 14,2 años. Una flota más vieja implica más emisiones y menos seguridad, explicó.
Además, Källenius advierte sobre el impacto económico, ya que menos ventas de autos nuevos significa menos empleo. Según sus datos, más del 40% de los proveedores europeos de componentes podrían dejar de ser rentables en 2025.
La caída de ventas también es preocupante. Mientras en 2007 se vendían más de 16 millones de autos en la UE, en 2024 la cifra cayó a 10,6 millones. Los altos precios, derivados de la inflación y los nuevos requisitos técnicos, han contribuido al descenso.
Frente a este panorama, la ACEA propone revisar el Pacto Verde Europeo y avanzar hacia un modelo más flexible y realista, pidiendo mantener los modelos híbridos, los combustibles sintéticos y los motores altamente eficientes más allá de 2035.
También solicita ampliar las ayudas a la compra de eléctricos, mejorar la infraestructura de carga y reducir el costo de la electricidad, que aún resulta más caro que llenar el depósito de combustible en muchos casos.
Källenius enfatiza que China ha logrado avances combinando diversas tecnologías, y que Europa debería hacer lo mismo. También advierte sobre la dependencia de Asia en la cadena de suministro de baterías y materias primas.
La normativa de 2035 será revisada en 2026, por lo que Källenius llamó a la Comisión Europea a actuar pronto. "Los próximos 12 meses serán decisivos. O Europa se adapta, o sacrifica su liderazgo industrial por exceso de regulación", advirtió.