Un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Graz en Austria estableció que añadir luces de freno en el frontal y laterales de los vehículos podría mejorar considerablemente la seguridad vial.
En las pruebas realizadas por el equipo se estableció que esta sencilla y práctica medida podría ayudar a disminuir los accidentes de tránsito hasta en un 17%.
Para llegar a estos
resultados, los investigadores analizaron
200 colisiones reales que luego fueron reconstruidas por simulación computacional. Al incorporar la hipótesis de una luz de freno frontal, se observó que
el tiempo de reacción de los conductores mejoraba considerablemente, lo que permitió
evitar choques en muchos de los escenarios o que se redujera la velocidad del impacto.
En líneas generales, recoge una nota de Carscoops.com, el estudio explica que estas luces permitirían a los usuarios de la vía —peatones, ciclistas o conductores— identificar con mayor claridad que un vehículo está desacelerando, incluso si lo ven de frente. Eso les da tiempo adicional para actuar con precaución.
Actualmente, los autos solo advierten que frenan mediante luces traseras, dejando a peatones, ciclistas y otros conductores que vienen de frente sin información clave. En entornos urbanos con cruces peatonales, esquinas congestionadas y maniobras repentinas, esa señal adicional podría marcar la diferencia, plantea el informe.
Los resultados de la investigación muestran además que en hasta una cuarta parte de los casos simulados, aunque no se evitaban completamente los accidentes, sí se lograba disminuir la gravedad de las lesiones.
El reporte agrega también que en un tercio de los escenarios, los conductores no habrían alcanzado a ver una luz frontal, por lo que los expertos sugieren además incorporar luces de freno laterales.
La idea, si bien suena novedosa, no es completamente nueva. Hace unos años, en Eslovaquia, más de 3.000 vehículos fueron equipados con luces delanteras durante una prueba de varios meses. Aunque no hubo datos concluyentes sobre la reducción de accidentes, el 75% de los conductores consideró útil esta tecnología y apoyó su incorporación en autos nuevos.
A diferencia de otras soluciones más complejas o costosas, como los primeros airbags o parachoques especiales, esta propuesta es más sencilla de implementar, ya que no implicaría grandes desafíos técnicos ni afectaría el diseño de los vehículos. Por el contrario, podría convertirse en un nuevo estándar para mejorar la comunicación entre vehículos y reducir significativamente el riesgo en las calles, señalan los expertos.