Después de casi dos décadas en el mercado, el Nissan R35 GT-R, conocido como “Godzilla”, se despidió oficialmente luego que el último ejemplar del legendario deportivo salió de la línea de producción en la planta de Tochigi, Japón, marcando el final de una era que comenzó en 2007 y que termina con cerca de 48.000 unidades fabricadas.
Durante todo el ciclo de vida del modelo, solo nueve artesanos Takumi estuvieron a cargo de construir a mano los motores V6, reforzando el carácter especial del deportivo. El último R35 es un ejemplar de la edición Premium T-Spec en color Midnight Purple, destinada a un cliente en Japón. Destacan sus llantas doradas como guiño a su legado.
Cuando debutó, el GT-R ofreció una fórmula imbatible: potencia, fiabilidad y un precio accesible. Con 473 caballos de fuerza y tracción total, llegó a superar al Porsche 911 Turbo en Nürburgring, incluso en pista mojada, y costando prácticamente la mitad. El modelo demostró que Nissan podía enfrentarse a los gigantes de los superdeportivos.
Con el tiempo, su rendimiento fue en aumento. El GT-R fue el primer deportivo de producción en bajar de los 7 minutos y 30 segundos en Nürburgring, y en 2013 alcanzó un récord de 7:08.679 con la versión Nismo y aunque su precio subió con los años, nunca perdió el estatus de "caza superdeportivos".
Nissan aseguró que este no es el fin de la saga GT-R y aún cuando no hay detalles concretos, se espera que un futuro R36 continúe el legado. "A los muchos fans del GT-R en todo el mundo, quiero decirles que esto no es un adiós para siempre. Nuestro objetivo es que la denominación GT-R vuelva algún día", reconoció Iván Espinosa, director ejecutivo de la marca.
De esta manera Espinoza deja abierta la expectativa sobre el próximo capítulo de este modelo, aunque también aclaró que "a día de hoy no tenemos un plan preciso finalizado".
