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China se prepara para inaugurar en septiembre el puente más alto del mundo construido en el Gran Cañón de Huajiang, ubicado en la provincia de Guizhou, tras completar con éxito rigurosas pruebas de resistencia que incluyeron poner cerca de un centenar de pesados camiones sobre la estructura que se eleva a 625 metros del río Beipan.
Las pruebas, recoge una nota de motorpasion.com, se extendieron durante cinco días y concluyeron el 25 de agosto pasado. En ellas, se utilizó un total de 96 camiones de 35 toneladas cada uno, los que fueron siendo estacionados en la moderna carretera en altura en distintas fases.
En total, los vehículos pesados sumaron 3.360 toneladas que se repartieron sobre el puente, simulando un gigantesco taco que bloqueaba los cuatro carriles del puente.
Otras pruebas
Los ensayos no se limitaron a la resistencia estática del puente. También se realizaron pruebas dinámicas, con los camiones circulando lentamente para medir tensiones, deformaciones y el rendimiento estructural en situaciones de tráfico real.
En tal sentido, se indicó que sensores instalados a lo largo de la estructura recopilaron datos clave que confirmaron la seguridad de esta.
La magnitud del proyecto es imponente. El puente mide 2,89 kilómetros de largo, con un tramo principal de 1,42 kilómetros.
Para ponerlo en perspectiva, la altura de su vano permitiría que dos Torres Eiffel cupieran una sobre otra bajo su estructura. Su récord desplaza al Puente Duge, también situado en Guizhou, que alcanzaba 564 metros.
La construcción comenzó en 2021 y fue liderada por la empresa estatal Transportation Investment Group Co., Ltd. En apenas cuatro años se completaron las obras, que requirieron 439.000 metros cúbicos de hormigón y 49.000 toneladas de acero, con un costo total de 280 millones de dólares.
El reto de edificar sobre un cañón de paredes verticales obligó a aplicar soluciones innovadoras. Se usaron sistemas inteligentes para controlar la temperatura del hormigón y evitar fisuras, además de monitoreo en tiempo real de las ráfagas de viento y cambios bruscos de clima durante las fases más críticas de la construcción.
China refuerza de esta manera su liderazgo en infraestructura a gran escala. Actualmente, cinco de los seis puentes más altos del planeta se encuentran en su territorio, lo que refleja una política de desarrollo orientada a grandes obras de conectividad y a la exhibición de sus avances en ingeniería.