El fabricante chino de vehículos BYD encontró una fórmula para mantener competitivos sus vehículos 100% eléctricos en Europa, evitando los aranceles que el bloque impuso a las unidades provenientes de China y no es otra que producirlos en Tailandia, donde ya opera una planta, y exportarlos al bloque de países.
La compañía inauguró en 2024 una fábrica automotriz en la provincia tailandesa de Rayong, con capacidad para ensamblar hasta 150.000 unidades al año. Aunque en un inicio las instalaciones estaban destinadas al mercado local y del sudeste asiático, BYD ya ha comenzado a usarla como base de exportación a Europa.
La primera remesa de estos envíos, indica una nota de motorpasion.com, está compuesta por más de 900 unidades del compacto eléctrico Dolphin y salió en agosto rumbo Alemania y Bélgica, además del Reino Unido.
Con esta estrategia, BYD esquiva el arancel del 17% que recae sobre los vehículos eléctricos enviados directamente desde China, lo que le permite mantener precios competitivos. El Dolphin es, de hecho, uno de sus modelos más asequibles en Europa con precios que rondan los 26.000 euros en mercados como el español, tras ayudas e incentivos.
Mientras avanza esta solución provisional, BYD sigue preparando sus proyectos de producción en el continente.
Su primera planta europea estará en Szeged, Hungría, la que no alcanzará un régimen de producción masiva hasta 2026. Además, BYD desarrolla otro complejo industrial en Turquía, previsto para 2026-2027. Además planea una tercera planta en Europa Occidental, con Alemania como principal candidata.
Con ventas en Europa, que crecieron un 311% en el primer semestre de 2025, BYD se consolida como uno de los grandes protagonistas del mercado de vehículos electrificados, combinando autos eléctricos accesibles y una creciente oferta de híbridos enchufables.