El fabricante japonés Mazda quiere hallar alternativas a la electrificación de los vehículos y para eso explora el desarrollo de un poco convencional motor de combustión que promete funcionar con gasolina e hidrógeno, suprimiendo las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
El singular bloque, recoge una nota de motor.es, quedó al descubierto gracias a una patente comercial descubierta por periodistas de Australia, en la que se aprecia el esquema de un motor de seis tiempos que, mediante un catalizador, transforma los gases de CO2 en carbono sólido, el que se almacenaría en un depósito especial en lugar de liberarse al entorno.
El motor mantiene los cuatro tiempos clásicos, pero añade dos ciclos extra, entre ellos la "recompresión", fase que permite procesar los gases del escape y convertir en sólidos las emisiones de carbono.
Aunque la tecnología suena prometedora, explica el reporte de motor.es, no está exenta de grandes desafíos que aún se deben superar.
El principal obstáculo, por lo pronto, es la acumulación del carbono sólido, el que debería retirarse con mucha frecuencia del depósito del vehículo considerando que un modelo como el Mazda CX-5 puede generar hasta 38 kilos de carbono por tanque de gasolina.
Mazda también ha trabajado en combustibles sintéticos y en aplicaciones de hidrógeno, ya que estiman que la movilidad del futuro no debe depender exclusivamente de los autos eléctricos a batería.