Mercedes-Benz dio un paso clave en el desarrollo de las baterías de estado sólido al demostrar que esta tecnología puede ofrecer una autonomía sin precedentes, algo que comprobó con un EQS modificado que logró unir las ciudades de Stuttgart (Alemania) y Malmö (Suecia) cubriendo unos 1.200 kilómetros con una sola carga.
El hito fue confirmado por Markus Schäfer, director técnico de Mercedes-Benz, quien destacó el potencial disruptivo de este avance. “La batería de estado sólido es un verdadero punto de inflexión para la movilidad eléctrica. Nuestro objetivo es llevar innovaciones como esta a la producción en serie para finales de la década y ofrecer a nuestros clientes un nuevo nivel de autonomía y confort”, declaró.
El sistema de batería utilizado en la prueba fue desarrollado con celdas suministradas por la empresa estadounidense Factorial Energy. Esta tecnología, conocida como FEST (Factorial Electrolyte System Technology), se describe como “cuasi-estado sólido”, ya que aún contiene algunos elementos líquidos. Sin embargo, tanto Mercedes como Factorial la consideran una aplicación real de estado sólido.
El desarrollo de estas baterías ha sido comparado por expertos con construir un edificio de diez pisos, donde el último nivel representa los mayores desafíos técnicos. Superar este “último piso” ha sido el principal obstáculo para la industria durante años. La clave ahora será cómo Mercedes podrá escalar la producción y reorganizar la cadena de suministro, ya establecida para baterías de litio convencionales.
El proyecto cuenta con el respaldo de Mercedes-AMG High Performance Powertrains, el centro tecnológico de la marca en Brixworth, Reino Unido, vinculado a su equipo de Fórmula 1. Además, Factorial Energy también colabora con Stellantis, que invirtió 75 millones de dólares en la compañía en 2021, fortaleciendo el desarrollo de esta tecnología.
Uno de los aspectos innovadores de la batería FEST es su capacidad para adaptarse dinámicamente a los cambios de volumen durante la carga y descarga. Esto se logra mediante actuadores neumáticos que ajustan la estructura interna, aumentando la energía útil de la batería en un 25%, según Mercedes.
Aunque el logro genera expectativas, los desafíos persisten. Producir baterías de estado sólido a gran escala y a precios competitivos sigue siendo la mayor barrera. Sin embargo, una autonomía probada de más de 1.287 kilómetros podría marcar el inicio de una nueva era en la movilidad eléctrica, revolucionando la industria automotriz.