Más de tres años después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, las sanciones impuestas por los países occidentales no han logrado detener el ingreso de autos europeos, estadounidenses y asiáticos a Rusia. Así lo reveló un reciente estudio que indica que durante el primer semestre de 2025, se vendieron en ese país 39.000 vehículos de marcas occidentales mediante importaciones paralelas, esquivando las prohibiciones establecidas.
Tras el inicio del conflicto, fabricantes como Toyota, Hyundai, Kia, Volkswagen y Renault abandonaron el mercado ruso, a pesar de que en 2021 este era el undécimo más grande del mundo. Esta salida dejó el camino libre para marcas locales y, principalmente, para fabricantes chinos.
El impacto ha sido evidente: la participación de las marcas chinas pasó de un 7% en 2021 a un 56% en 2025, convirtiendo a Rusia en su principal mercado extranjero. Mientras tanto, los fabricantes rusos, liderados por Avtovaz/Lada, alcanzaron un 34% de cuota.
Sin embargo, el 10% restante de las ventas corresponde a marcas occidentales que, oficialmente, ya no están presentes en el país. Empresas locales como Solaris se han beneficiado, produciendo vehículos Hyundai y Kia sin licencia, mientras otras marcas ingresan al país mediante redes de importación paralela.
Entre enero y junio de 2025, Toyota vendió 7.780 unidades, BMW 5.300, Mercedes-Benz 4.000, Hyundai 3.200 y Kia 3.000. Estos autos ingresan principalmente a través de países de Asia Central, como Kazajstán, que funcionan como intermediarios en este mercado gris.
El fenómeno demuestra que las sanciones han sido ineficaces para frenar el flujo de autos occidentales hacia Rusia. Mientras tanto, las marcas chinas se consolidan como las grandes ganadoras, ofreciendo una amplia gama de modelos y conquistando a consumidores que buscan alternativas a los vehículos tradicionales.