Japón, reconocido por su mezcla única de tradición y tecnología, sorprende a quienes se atreven a conducir por sus calles con un detalle curioso y es que algunos de sus semáforos usan una luz azul en lugar de la clásica verde. Este fenómeno tiene raíces culturales y lingüísticas que se remontan a la historia del país.
Tradicionalmente, el idioma japonés utilizaba la palabra "ao" para referirse tanto al azul como al verde. Aunque en la actualidad existe la palabra "midori" para el verde, la costumbre de llamar “ao” a ciertos objetos verdes persiste.
Cuando los semáforos fueron introducidos en Japón en la década de 1930, recoge una nota de Jalopnik.com, la luz de avanzar era claramente verde. No obstante, después de la Segunda Guerra Mundial, la Ley de Tráfico Vial describió oficialmente la luz como “ao” (Azul-verde), consolidando su uso en la normativa.
Para cumplir con los estándares internacionales, que establecen el verde como señal de avance, las autoridades japonesas optaron por un compromiso: un tono azul verdoso, que es técnicamente ambos colores. Así, el país logró respetar la tradición cultural sin romper completamente con las regulaciones globales.
Este fenómeno cultural también se refleja en otros aspectos del idioma japonés. Por ejemplo, una manzana verde Granny Smith se llama “aoringo”, que comienza con “ao”, significando azul.
Aunque hoy en día la mayoría de los semáforos en Japón son verdes, solo algunos conservan este característico tono azulado, manteniendo viva una tradición que combina lenguaje, cultura y tecnología.
Más allá de esta particularidad, Japón también se distingue por su gestión vial, como la implementación de señales pintadas a mano que han contribuido a la reducción de accidentes en sus carreteras.