Noruega continúa avanzando en su objetivo de convertirse en una sociedad totalmente eléctrica y para eso no sólo logró que el 90% de su parque vehicular en 2024 fuera a batería, sino que ahora dio un paso trascendental para llevar esta tecnología a la aeronáutica al completar la primera prueba de vuelo de un avión totalmente eléctrico.
El ensayo se realizó con un Alia CX300, fabricado por la empresa estadounidense Beta Technologies. El avión cubrió la ruta entre Stavanger y Bergen, conocida localmente como “ruta de leche”, que conecta varias islas del país.
Noruega cuenta con 560 rutas aéreas nacionales, necesarias para unir su extenso territorio y numerosas islas. Sin embargo, la mayoría de los aviones que operan actualmente son grandes y pesados, diseñados para trayectos más largos y con alto consumo de combustible.
Los aviones eléctricos representan buscan precisamente solucionar este problema con ejemplares más pequeños, ideales para vuelos cortos y con pocos pasajeros.
Por el momento, añadieron, su único problema es la limitada capacidad de sus baterías y la notoria reducción de su autonomía en climas fríos.
El gobierno noruego está comprometido con este proyecto, invirtiendo 5 millones de dólares en el vuelo de prueba y destinando 1,9 billones de dólares a iniciativas de energía verde. Su meta es que todos los vuelos domésticos de corta distancia sean eléctricos para 2040.
Además de su impacto ambiental, los aviones eléctricos permitirán operar en pistas más pequeñas y reducir la contaminación acústica, lo que facilitará también la apertura de nuevas rutas a islas y comunidades remotas.
Aunque empresas como Airbus han abandonado sus planes eléctricos, Beta Technologies cuenta con el apoyo de gigantes como Amazon y UPS, lo que muestra un interés creciente del sector privado en este segmento.
Si Noruega logra consolidar este modelo, podría inspirar a otros países y marcar un cambio significativo en la aviación, que actualmente representa el 3% de las emisiones globales de carbono.