La llamada "guerra por la autonomía" en el sector automotriz ha dado paso a una nueva generación de vehículos eléctricos que prometen cambiar las reglas del juego. Se trata de los vehículos eléctricos de autonomía extendida (REEV, por sus siglas en inglés), tecnología que combina lo mejor de los autos a baterías y los híbridos enchufables, y que está siendo impulsada con fuerza por las marcas chinas.
En líneas generales, estos modelos funcionan con un motor de gasolina que actúa exclusivamente como generador de energía para recargar la batería, sin participar en la propulsión del vehículo. De esta forma, la conducción sigue siendo 100% eléctrica, pero con la posibilidad de extender notablemente el rango de autonomía al disponer de un pequeño depósito de combustible.
Hasta hace poco, los vehículos REEV ofrecían entre 600 y 800 kilómetros de autonomía combinada. Sin embargo, los fabricantes chinos han decidido llevar esta tecnología a otro nivel, incorporando baterías de mayor capacidad y sistemas de gestión energética más eficientes.
Uno de los mejores ejemplos proviene de IM Motors, una marca china que ha desarrollado dos modelos de referencia: el IM LS6 y el IM LS9. Ambos emplean un sistema de propulsión denominado Stellar, que combina una batería de 66 kWh —similar a la de muchos eléctricos puros— con un motor de gasolina de 1.5 litros que funciona como generador.
Gracias a esta configuración, los LS6 y LS9 ofrecen 450 kilómetros de autonomía eléctrica y pueden alcanzar hasta 1.500 kilómetros utilizando el generador de gasolina, con un consumo promedio de apenas 2,07 litros cada 100 kilómetros.
En la práctica, estos modelos triplican la autonomía habitual de un auto eléctrico convencional, resolviendo uno de los principales temores de los usuarios: quedarse sin energía a mitad de camino.
La estrategia detrás de esta tecnología es clara: ofrecer un puente de transición hacia la movilidad totalmente eléctrica. Los REEV eliminan la dependencia de puntos de carga frecuentes, especialmente en regiones donde la infraestructura aún es limitada, y al mismo tiempo mantienen los beneficios de la conducción eléctrica, como el bajo ruido, la eficiencia energética y las emisiones reducidas.
En China, indica un reporte de AutoBild.es, estos modelos han logrado una rápida aceptación gracias a que responden directamente a las preocupaciones del consumidor. Con autonomías que rivalizan con los vehículos de combustión y costos de operación significativamente menores, los eléctricos de autonomía extendida podrían convertirse en una opción clave para acelerar la adopción de la movilidad sostenible a nivel global.
Todo apunta a que esta tendencia pronto llegará a Europa y otros mercados, donde los fabricantes tradicionales observan con atención el avance de sus competidores asiáticos.