El nuevo CEO de Citroën, Xavier Chardon, reavivó los rumores sobre el eventual regreso del icónico 2CV, un vehículo que marcó la historia del automóvil francés y que podría volver en una versión adaptada a los nuevos tiempos.
Aún cuando la marca no ha confirmado oficialmente el desarrollo de una versión moderna de este legendario ejemplar, conocido en Chile como "Citroneta", el ejecutivo no descartó la posibilidad de rescatar su espíritu en futuros ejemplares de la compañía.
La industria automotriz europea atraviesa una etapa de profunda transformación marcada por la competencia de los fabricantes chinos, los cambios regulatorios y la incertidumbre en torno al futuro de los vehículos eléctricos.
En ese contexto, Stellantis busca redefinir el rumbo de Citroën y recuperar su esencia con lanzamientos más accesibles y cercanos a su ADN original.
Chardon, quien asumió el liderazgo en reemplazo de Thierry Koskas, señaló durante un evento en París que "el 2CV es parte de la cultura francesa" y que su deber es "llevar esta iniciativa hasta 2025 y 2026, porque es fundamental que la movilidad individual vuelva a ser asequible".
Con estas declaraciones, el directivo abrió la puerta a la posibilidad de un giro estratégico de la compañía hacia vehículos compactos y económicos, donde entra el icónico 2CV.
Este modelo fue estrenado en 1948, como un ejemplar de acceso, que ofrecía libertad y sencillez en una época en la que la movilidad era un privilegio. Ahora, el objetivo sería reinterpretar esos valores en clave moderna, con opciones eléctricas o híbridas que mantengan precios competitivos sin renunciar a la identidad de la marca.
En declaraciones a Autocar, Chardon fue cauto al afirmar que "es demasiado pronto para hablar del momento oportuno para un auto o autos con este espíritu", aunque dejó claro que busca reintroducir el concepto de libertad individual en la conducción, un pilar central en la filosofía de Citroën.
El anterior CEO de la compañía, Thierry Koskas, había cerrado la puerta a esta posibilidad asegurando que preferían "mirar hacia adelante" con un lenguaje de diseño propio. Sin embargo, el cambio en la dirección podría abrir nuevas oportunidades para reinterpretar el legendario modelo bajo los estándares actuales de sostenibilidad y eficiencia.
Mientras tanto, Citroën continuará reforzando su presencia "made in Europe" en los segmentos B y C, con modelos asequibles y producidos localmente.
