Sufrir un pinchazo es una situación común para cualquier conductor y, aunque siempre resulta molesta, hoy existen distintas soluciones para poder continuar la marcha sin quedar tirado en la ruta. La alternativa disponible dependerá del tipo de vehículo y del sistema que equipe para este tipo de emergencias.
A la fecha, algunos modelos ya no cuentan con rueda de repuesto y, en su lugar, incorporan un kit “antipinchazos”. Este sistema permite sellar de forma temporal la rueda dañada y seguir circulando, aunque con importantes limitaciones.
De usar este sistema, el conductor debe saber que no se recomienda recorrer más de 80 kilómetros ni superar una velocidad de 80 km/h. Es una solución pensada únicamente para llegar al taller más cercano.
Otra opción cada vez más habitual son los neumáticos Run Flat, diseñados para soportar la pérdida de presión tras un pinchazo. En estos casos, también es posible continuar la marcha, pero bajo condiciones similares a las del kit reparapinchazos, es decir recorrer un máximo aproximado de 80 kilómetros y sin exceder los 80 km/h.
Neumáticos de repuesto
La solución más clásica sigue siendo la rueda de repuesto, aunque no todas son iguales. La más común en muchos vehículos modernos es la llamada rueda de repuesto de tipo “galleta”, que tiene un tamaño y ancho menores al de las ruedas convencionales.
Su principal ventaja es que ocupa menos espacio en el vehículo y permite llevarla a bordo, evitando depender de una grúa.
Sin embargo, este tipo de rueda está pensada solo para un uso temporal. Por seguridad, quienes deban usarla no deben circular a más de 80 km/h ni recorrer más de igual número de kilómetros con ella instalada.
Su función principal es permitir salir del paso y desplazarse hasta un taller para reparar o reemplazar el neumático dañado. Además, antes de salir de viaje es fundamental revisar su presión, ya que al permanecer largos periodos sin uso puede bajar.
Existen también ruedas de repuesto plegables, menos habituales, que se transportan desinfladas y deben hincharse antes de su uso mediante un compresor. Estas ocupan aún menos espacio que las "ruedas de galleta", pero requieren contar con el equipamiento adecuado para poder utilizarlas.
La opción más completa sigue siendo la rueda de repuesto de tamaño normal, idéntica a las que monta el vehículo. Basta con sustituir el neumático para continuar la marcha sin limitaciones especiales, siempre y cuando esté en buen estado y con la presión correcta.
Conocer qué sistema lleva el auto y cuáles son sus restricciones es clave para actuar con seguridad ante un pinchazo. Todas estas soluciones cumplen su función, pero ninguna reemplaza la necesidad de reparar o cambiar el neumático lo antes posible.
