El fabricante japonés Nissan reveló los resultados de un proyecto poco habitual tras dejar en manos de sus propios estudiantes el diseño y construcción de vehículos personalizados sin mayores restricciones creativas.
El resultado fue un trío de modelos "retro-mod" que será presentado en el próximo Salón del Automóvil de Tokio, combinando herencia histórica de la marca con soluciones técnicas y estéticas contemporáneas.
Los tres vehículos, recoge Carscoops.com, fueron desarrollados por alumnos de las escuelas de automoción que Nissan mantiene en Japón. Si bien estos ejemplares no están destinados a la producción en serie ni a llegar a los concesionarios, cada uno reinterpreta un modelo clásico de la firma, demostrando el nivel de formación, creatividad y ejecución técnica de los futuros profesionales de la compañía.
El primero de los proyectos toma como base un Nissan March (Micra en algunos mercados), transformado por estudiantes del Nissan Kyoto Automobile College.
El compacto hatchback fue rediseñado por completo para evocar al Nissan Bluebird de comienzos de los años 60. El equipo modificó capó, parrilla, faros y parachoques, además de optar por una pintura azul Sky Mirage con techo blanco. El objetivo fue crear un vehículo de estética nostálgica y atractivo visual, especialmente pensado para un público femenino.
El segundo modelo también nació en el campus de Kioto, pero con un enfoque más deportivo y en su caso los estudiantes partieron de un Datsun Sunny Coupé.
A este ejemplar le incorporaron pasos de rueda ensanchados, nuevas llantas y una carrocería pintada en un intenso color rojo. La transformación no se limitó al exterior: bajo el capó se instaló un motor Nissan SR20, el reconocido cuatro cilindros de doble árbol de levas que se hizo popular en el Silvia S15, elevando de forma significativa su carácter y desempeño.
El tercer integrante del trío es un Nissan Skyline R30 profundamente modificado, desarrollado por estudiantes del Nissan Aichi Automotive College.
El proyecto se completó en apenas dos meses y medio, pero destaca por su acabado y presencia visual. El modelo luce una pintura bitono rojo y negro, junto a un kit de carrocería agresivo que incorpora un splitter delantero de gran tamaño y un alerón trasero prominente, reforzando su carácter deportivo y desafiante.
Con esta iniciativa, Nissan no solo busca llamar la atención en el Salón del Automóvil de Tokio, sino también poner en valor la formación técnica y creativa de sus estudiantes, demostrando que la pasión por la historia de la marca y la innovación pueden convivir en proyectos que miran al pasado con ideas del futuro.
