SANTIAGO.- Este domingo se jugó la edición 188 del clásico entre la Universidad Católica y la Universidad de Chile, duelo en el que la UC aplastó a la U por un contundente 4-0 en el estadio San Carlos de Apoquindo.
Y en este duelo ocurrieron varias cosas interesantes, pero que no fueron captadas o que no fueron 100% seguidas por la televisión. Acá podrás revisar lo que no se vio de la goleada cruzada.
Beausejour acompañó al plantel: Llegó con su hijo que vestía ropa de la UC
El lesionado Jean Beausejour llegó a la precordillera para acompañar al plantel de la Universidad de Chile. Y el jugador de la "Roja" apareció junto a su hijo Joaquín, quien apareció con un polerón con la insignia de la UC. ¿Por qué? Su hijo pertenece al equipo Sub 10 de los cruzados.
Sebastián Piñera llegó a San Carlos
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, sorprendió y apareció en San Carlos de Apoquindo para observar el clásico. El Jefe de Estado se sentó en un palco especial, en el cual estaba acompañado de uno de sus hijos, de Joaquín Lavín y del rector de la PUC, Ignacio Sánchez, entre otros.
Y la seguridad de Piñera también se hizo presente. Cada persona que pasaba a menos de cinco metros, eran interrumpidos y no los dejaban seguir avanzando. Solo pudo ser fotografiado desde lejos.
Música en el camarín de la U en la previa
Los azules arribaron a San Carlos de Apoquindo cerca de una hora y media antes del comienzo del partido. Y en los cerca de 45 minutos que estuvieron en el camarín antes de ir a la cancha a realizar el calentamiento, los laicos estaban de buen ánimo y canciones de cumbia se escuchaban a través de la puerta de entrada del camarín.
Escena que no se repitió al finalizar el duelo. Los jugadores se fueron cabizbajos, sin declarar y el ánimo estaba evidentemente por el suelo.
Hostil recibimiento para la U
Apenas ingresaron al campo los jugadores de la U, los hinchas cruzados se manifestaron fuertemente. Abundaban las pifias y también se escuchó el famoso cántico: "¡Son de la B, son de la B, son de la B!".
Además, los fanáticos del cuadro local dirigieron duros insultos contra el portero azul, Johnny Herrera. "¡Herrera, conc…, asesino, borracho y mari…!", le gritaron al meta laico.
José Pedro Fuenzalida, el más aplaudido
Minutos antes de que iniciara el cotejo, por el altoparlante anunciaron las formaciones de ambos equipos. Y cuando fue el turno de la UC, José Pedro Fuenzalida fue el más aplaudido por los hinchas cruzados.
Y el "Chapa" respondió realizando un tremendo partido, en el que fue pieza clave anotando un gol y uno de los puntos más altos de Católica.
Insultos para un juez de línea
En el primero tiempo, cuando el partido estaba igualado sin goles, hubo una polémica jugada. Después de un centro, el defensa de la UC Germán Lanaro iba a cabecear, pero Rafael Caroca de la U se le colgó del cuello y no pudo conectar la pelota el zaguero.
Tras esta jugada, desde el sector de marquesina del estadio se lanzaron con todo contra el juez de línea. Lo insultaron de forma desmedida alegando un “claro penal”.
Matías Rodríguez, rengueando
El actual goleador de la U en el Torneo Nacional, Matías Rodríguez, se retiró del estadio con mucha amargura y sin hablar en la zona de camarines con la prensa.
Y además de irse muy desconcertado, llegó al bus caminando muy lento y rengueando, ya que quedó con evidentes molestias físicas.
Gran gesto de Edson Puch
Al finalizar el partido, Edson Puch se retiró del recinto precordillerano por su propia cuenta. Se subió a su vehículo y en ese momento una decena de hinchas cruzados se abalanzaron sobre él.
Muy amablemente bajó el vidrio de su automóvil y envió saludos a la persona que se lo pidiera. Incluso, le pidieron fotos y, por voluntad propia, se bajó del auto y se sacó fotos con los fanáticos que se lo solicitaron.
Hinchas cruzados esperaron el bus azul
Ya había pasado más de una hora de finalizado el compromiso y cuando los azules se retiraron en bus del estadio, una treintena de hinchas cruzados estaban esperando a que salieran.
Insultaron a los jugadores, golpearon el bus –no pasó a mayores- y volvieron a cantarles: "¡Son de la B, son de la B, son de la B"".
