Tras ascender con el Leeds, Marcelo Bielsa ha estado en boca de todos. Salvo excepciones, la mayoría han sido elogios para el ex DT de la "Roja". El último en dedicarle loas fue un histórico de México: Jared Borgetti.
Luego del éxito con Newell's Old Boys, el "Loco" vivió su primera experiencia en el extranjero en México. Allá conoció al delantero y lo hizo debutar en el Atlas de Guadalajara.
"Siento un privilegio muy grande que Bielsa me haya hecho debutar, porque me enseñó no solamente a disfrutar el fútbol, sino también a verlo con otros ojos. Me enseñó a analizarlo y a entender por qué un equipo puede ser mejor que otro", afirmó Borgetti en entrevista con "Soy Deportes".
El ex seleccionado azteca desveló el minucioso método de trabajo del rosarino y cómo exigía al máximo a sus futbolistas.
"Recuerdo que en esa primera etapa en Atlas Bielsa nos entregaba videos de partidos de fútbol en VHS para que nosotros después en unas hojitas de canchas de fútbol pongamos las alineaciones y los movimientos que hacían los jugadores y todas las cuestiones tácticas. ¡Nos hacía explicar todo! Eso me ayudó mucho a ver mejor el fútbol", comentó.
Tan imponente era la figura de Bielsa, que el joven Borgetti le tenía miedo. Ningún error pasaba desapercibido para el DT.
"Juro que me daba miedo entrenar con él, porque lo que exigía, para un joven era muy duro y nunca lo dejabas conforme. Era complicado porque no sabías si lo estabas haciendo bien o qué estaba haciendo mal. Por ahí hacías todo bien y en una que te equivocabas parecía que habías hecho todo mal. Uno tiene que aprender a saber callarse, mejor dicho saber qué momento debe hablar. No siempre tienes que responder ante un cuestionamiento", expresó.
Pero también había momentos jocosos. El "zorro del desierto" recordó que no fue convocado para un duelo y lo vio desde la tribuna. A Bielsa lo expulsaron. Sin embargo, no se fue a la grada porque era un lugar pequeño y desde ahí no se veía bien.
"Entonces en vez de irse ahí, se fue del estadio y se puso a caminar alrededor de la cancha, cuando el partido todavía se estaba disputando. En lugar de seguir de cerca lo que pasaba en el juego, empezó a dar vueltas sin parar por las afueras del estadio. Tenía cosas un poco inusuales. Yo llegué a la conclusión que él disfruta más los entrenamientos que los partidos. A él le fascina entrenar y preparar jugadas", apuntó.
A Borghetti también le daba risa el aspecto personal del "Loco". "Recuerdo que llegaba a los entrenamientos con todos los pelos parados y despeinado. El aspecto a él no le vale. Y resulta que al día siguiente, aparecía rapado y pelado. Le preguntamos: '¿qué le pasó profe?'. 'Nada, me cansé', respondía. O en otros momentos llegaba con la espuma de afeitar en sus orificios nasales u orejas, pero porque siempre quería estar afeitado. Recuerdo una vez que llegó con un calcetín de un color y el otro de otro color", manifestó.
En esa época, Bielsa ya trabajaba con Luis María Bonini. Borgetti recuerda al fallecido preparador físico como una gran persona, el nexo entre el plantel y Bielsa, pero se fue al cabo de un año porque no aguantana las manías del entrenador.
"Estuvo solamente un año porque no lo aguantó a Bielsa. Uff, no te imaginas esos pleitos. Bonini le decía: 'Marcelo se terminó el entrenamiento. Llevamos 1 hora y media y los jugadores ya no pueden más'. Y Bielsa le decía que no, que le faltaban tareas que hacer", relató.
"Eran las 2 de la mañana y Bielsa lo llamaba a Bonini diciéndole lo que iban a entrenar... Un día antes de los partidos hacíamos balón parado y el que lo hacía terminaba con hielo en los aductores, por la cantidad de repeticiones. Muchas veces llegábamos cansados a los partidos por los intensos que eran los entrenamientos", cerró.
