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Ajedrecista chileno habla de su "obra maestra e inmortal" en el Mundial y cuenta su historia

"Es difícil vivir de este deporte", afirma.

20 de Julio de 2021 | 09:03 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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FIDE
"Brillantez", "Obra maestra", "Posiblemente la partida del año". El Gran Maestro chileno, Pablo Salinas, causó fascinación en el Mundial de Ajedrez. Pese a no llegar como favorito, venció al campeón danés Mads Andersen en la primera ronda con un gran movimiento que fue bautizado como la "Inmortal". Sacrificó una pieza importante por un objetivo mayor.

La jugada recordó la famosa partida en que Bobby Fischer derrotó a Donald Byrne. El nacional estaba jugando con negras y esperaba hacer tablas. Comenzó con movimientos naturales y una defensa semieslava hasta que percibió una imprecisión en su contrincante. Movió el peón a d4 y puso el caballo en e4. El danés tuvo una oportunidad de escape, pero era difícil de ver y salió con propuestas forzadas.


Salinas responde con caballo f6 y luego caballo g4. Pone la dama en g1 al lado del rey y forzó a las blancas a tomarla. Una movida poco frecuente y que requiere coraje. El destino de la partida estaba resuelto. El danés se quedó sin soluciones, pero permite la finalización del Salinas. El caballo en g4 se mueve hasta h2, destruye un peón blanco y dejó sin movimiento al rey. Jaque mate con dos potros y torre. Un movimiento que algunos han llamado poético.

Pablo Salinas se ríe y se le atragantan las palabras. Dice que está contento, se vuelve a reír, y trata de explicar.

"Yo estaba con negras y quería tratar de igualar. Lo conseguí rápido y él jugó al doble filo. Me dio la oportunidad de llevarlo a un ámbito más táctico. La combinación cuando la vi quedé muy… Yo quería hacer todo al toque, pero me di cuenta que había que pensar, porque todavía tenía tiempo. Pensé que estaba ganando antes y cuando me hace un dama F5 como que paré de calcular porque pensé que ya había ganado. Pero no, la partida seguía. Pero encontré ese recurso del caballo F6 y caballo F4 y funcionó. Él se dejó dar el mate. Uno cuando pierde lo deja antes. Es súper difícil ver un jaque mate, pero él vio que el remate era bonito y lo dejó. Fue un buen gesto", le cuenta a Emol en su hotel en Moscú, mientras espera por la autorización definitiva para regresar a Chile.

Salinas avanzó a segunda ronda, igualando el mejor registro de un ajedrecista nacional en este tipo de torneos, pero ahí perdió con el ocho veces campeón ruso Peter Svidler.

Sin embargo, los ecos de su movimiento "inmortal" todavía reverberan. Asegura que no es extremadamente difícil, pero sí muy bonito. Sus pares lo felicitaron y uno le dijo: "No lo hiciste en Chile, lo hiciste en una Copa del Mundo".

¿Qué pasa por su cabeza al hacer una jugada tan especial? Dice que no todo entra en la planificación y habla de la popular serie de Netflix Gambito de Dama.

"En la serie la protagonista mira hacia el cielo y veía un tablero. Eso pasa. Hay ajedrecistas de la elite que cuando se concentran miran un punto en la nada. En mi caso soy más normal, miro directamente al tablero y cómo se mueven las piezas en el tablero. Por ejemplo, a mí me tocó jugar contra el ocho veces campeón de Rusia. Él se paraba y miraba el techo, iba calculando mientras caminaba. Yo me concentro mejor estando en el tablero", afirma.

Salinas se crio en San Pedro de La Paz, Concepción. En su familia no se juega ajedrez, él empezó en un taller del colegio. Se volvió una obsesión.


En el mundo del ajedrez se dice que hay que ser "valiente" para convertir este deporte en una profesión y no en un pasatiempo. Los padres de Salinas lo apoyaban, pero no tenía nada más. Pensó bastante en qué hacer de su vida. Se vino a Santiago y estudió Ingeniería Comercial, pero lo dejó. Para generar recursos da clases particulares. De alguna u otra manera, se las ha arreglado para viajar por Sudamérica, Qatar y Noruega.

"Fue súper difícil decidirme entre los estudios y el ajedrez. De hecho hasta el día de hoy estoy complicado. A mí me gusta mucho el ajedrez, pero no es algo de lo que puedas vivir. Si en el fútbol eres bueno, estás listo, acá no, a menos que seas de la elite, es súper complicado. para poder llegar a ser élite tienes que tener recursos. Son viajes, hay que pagarle a los entrenador…", relata.

Salinas no tuvo dinero para pagar un entrenador previo a la Copa del Mundo. Lo ayudó, por "a buena onda", el Gran Maestro Iván Morovic. Sus competidores llegan con staff de analistas y psicólogos. Tampoco contaba con dinero para el viaje. Con mucha vergüenza, e impulsado por su pareja, inició una campaña en redes sociales para costearlo.

Tras su participación en el Mundial, Salinas quedó con buenas sensaciones. Su ranking es de 672° y anhela ser top 50. Para eso es clave radicarse en Europa. El anhelo, como ya le ha pasado, se vuelva a chocar con la realidad.

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