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A fondo con Ignacio "Jaula" Bahamondes, el único chileno hoy en la UFC: Su duro camino, la "pelea soñada" con McGregor y una ácida crítica

"Nacho", el segundo nacional en las artes marciales mixtas, pelea este sábado.

19 de Agosto de 2021 | 09:24 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Twitter Ignacio Bahamondes
La imagen fue estremecedora. Tras su debut en la UFC, el rostro del chileno Ignacio Bahamondes estaba lleno de cortes, hinchado, con un ojo cerrado y salpicado de sangre por todos lados. En una contienda brutal, la "Jaula" perdió por decisión dividida ante el experimentado John Makdessi. Pero pese a todo, esa noche en Las Vegas fue la más feliz de su vida.

Mientras caminaba al octágono, dice que sintió una retribución por los sacrificios realizados. Luego de Diego Ribas, es el segundo chileno que ingresa en la mayor empresa de artes marciales mixtas en el mundo. Se ganó el lugar con un espectacular nocaut que hizo delirar a Dana Presidente, de la UFC.


Bahamondes no soñaba con la UFC. A los 16 años se le presentó la oportunidad de viajar a Estados Unidos a entrenar, pero no estaba convencido. Era dejar su zona de confort. Llegó a Miami sin hablar inglés y solo. A veces iba a llorar al baño y les decía a sus compañeros que era producto de algún golpe. La verdad es que echaba de menos. Recuerda que para poder hacer sus primeras peleas presentó documentación falsa, porque era menor de edad.

"Cuando llegué a Estados Unidos tuve que cambiar mi mentalidad. Yo decía aquí en Chile voy a pelear, voy a ir a Argentina o Brasil un par de veces, a lo más. Esa era mi mentalidad. Cuando llegué a Estados Unidos y vi mi nivel, y él de los demás, dije: 'puedo pelear con todos estos'. Yo puedo competir. Yo puedo más. Eso necesitaba cambiar, mi mentalidad de poder más. Llegué y en tres meses hice tres peleas y gané las tres. Con 16 años", le cuenta a Emol.

La pasión por el deporte viene de familia. Su padre, Manuel Bahamondes, fue campeón sudamericano de kickboxing, y de él heredó el apodo que lo acompañaba hasta hoy. Desde niño lo acompañaba a los gimnasios. y le pateaba las canillas. Su mamá sabía cuál sería el destino de "Nacho". Hasta hoy, no puede ver las peleas de su hijo.

Ignacio Bahamondes tiene once combates ganados y cuatro derrotas. Este sábado, tendrá su segundo enfrentamiento en la UFC. Su rival será Roosevelt Roberts (10-3). La pelea es clave para ambos. Tanto el nacional como el estadounidense vienen de perder.

-Tras la caída en el debut, ¿sientes que hay más presión en este combate?

"No. La verdad tengo mucha menos presión en esta que en la anterior. En la primera, sentí un poco la presión de la pelea y del público. Pero ahora lo tengo asimilado. Voy a ir a hacer mi trabajo. Verán a la 'Jaula' de siempre. Una victoria me va a ayudar a seguir escalando en la división".

- Hace un tiempo dijiste que los chilenos tienen "mentalidad limitada".

"Para el Estado o juegas fútbol o no haces nada. Eso es lo que tiene limitado a muchos chilenos. Quiero estar ahí para demostrarles que no necesitamos al Estado. No necesitamos nada de ellos. A mí el Estado no me ha dado nada. Cero. A mí lo que me apoya es mi gente, mi gente chilena. Desde el primer momento. Eso es lo que quiero demostrar, que uno solo puede, que no necesita a nadie más. Solo con tu esfuerzo y tu dedicación. Y perderle el miedo a tomar riesgos. Es la única manera de lograr cosas.

Si no fuera por mi familia, yo no estaría donde estoy ahora. Se necesitaba apoyo, se necesitaba dinero y no le pedimos nada a nadie. Salió todo de nuestros bolsillos".

- ¿Te encontraste con gente que te preguntaba qué hacía un chileno tratando de llegar a la UFC?

"Claro. Siempre me preguntaban de qué país era. '¿De Chile? Qué raro que estés acá, no se ven muchos peleadores de Chile', me decían. Yo les respondía que sí hay muchos peleadores, hay mucho talento, pero que no han salido del país".

-Cuando eras adolescente, se acercaron a tu papá y le preguntaron si tú de verdad "te la ibas a poder en las artes marciales mixtas". Estabas al lado y escuchaste todo.

"Por dentro se me vinieron las dudas. Estaré listo o no estaré listo. Quizá soy muy chico, soy muy joven. Lo que me tranquilizó fue la respuesta de mi papá. Sin pensarlo dijo: 'Tranquilo no más, usted va a ver, él está listo. Yo confío en él. Va a ser el mejor'".

-¿Qué rol tiene tu padre en tu vida?

"Yo estoy aquí gracias a él. Mi papá siempre me tiró a pelear con tipos más grandes, con los mejores de Chile. Siempre. Yo decía internamente, '¿mi papá quiere que pierda?'. Después me di cuenta que era porque él sabía hasta dónde podía llegar mi potencial. Él me decía, 'eres bueno, Nacho, pero aquí le ganas a puros muertos de hambre o no le ganas a nadie, tienes que ir siempre contra el mejor'. Así con esa mentalidad he llegado hasta donde estoy".

-¿Te has encontrado muchas veces con personas que han puesto en duda tus capacidades?

"Siempre. Los haters siempre van a aparecer. Son personas frustradas en su propia vida, entonces quieren frustrar a los demás. Como deportista o persona que está teniendo éxito, tengo que aprender a lidiar con eso. Saber cuando es una crítica constructiva o cuando es un hater".

-¿La presión es un privilegio, como dijo Novak Djokovic?

"Yo quiero la presión. Si tengo presión, es porque estoy haciendo las cosas bien. Yo creo que es muy importante para un deportista de elite la presión. Como dicen por ahí, los diamantes se hacen bajo presión. Y yo soy un diamante. La presión es muy buena, pero lo que sí hay que aprender es a manejarla bien".

- Tu pelea soñada es con Connor McGregor.

"Obvio, sí. Pero la verdad es que quiero enfrentar al que tenga el cinturón en la cintura. No me importan los nombres. Quiero al campeón".

-¿Qué representa McGregor para la UFC y qué imagen se tiene de él en estos momentos?

"La gente tiene memoria de corto plazo muchas veces. Piensa que una derrota va a borrar todo lo que hizo antes. Connor McGregor entregó mucho para el deporte. Lo evolucionó. Hay gente que no conoce el MMA o no conoce la UFC, pero sí conoce a McGregor. Hizo mucho por el crecimiento de este deporte y no se debería olvidar solo por unas derrotas".

- ¿Cómo es la UFC por dentro?

"Es otro tipo de trato. Los peleadores son siempre primero. Se preocupan de que tengas todo, que estés en las mejores condiciones, que lo único que tengas que hacer es ir y pelear. Esa es la diferencia con otras ligas. Te dan todo. Yo no me tengo que preocupar ni por comida ni ropa o por las cosas para cortar peso, por saunas. Nada".

- Llevas tres tatuajes en los brazos.

"El del hombro es el ichtus, la marca de los cristianos. Este del antebrazo es mi perro, el Danko, el protector de la casa en Chile. Y este de aquí, del otro antebrazo, significa familia, en letra kanji japonesa".

-¿Cómo ha influido la religión en tu carrera?

"Me ha ayudado para mantenerme en el camino que debo seguir. Como persona y como joven, estamos propensos a caer y pecar. Es muy importante más que seguir una religión, seguir una línea, que sea la del bien. Todo esto sin Dios no hubiese pasado. Yo sé que Dios tiene propósitos muy grandes conmigo".


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