La Universidad Católica no lo pasa bien. Pese a que con Ariel Holan el equipo ha levantado y ya recuperan la memoria futbolística, fuera de la cancha ha tenido bastantes problemas en las últimas semanas.
El último fue la suspensión del clásico con la U por Copa Chile. Bengalas explotaron que fueron arrojadas desde la barra explotaron cerca del golero azul Martín Parra, provocando que se interrumpiera el partido.
El jugador tuvo que ser llevado de urgencia en ambulancia y su retorno a las canchas es una incógnita.
Juan Tagle, presidente de Cruzados, reconoció que han estado al debe en materia de seguridad en los estadios. No es primera vez que les pasa.
"Nosotros siempre creemos que podemos mejorar, tomar más medidas, pero no somos capaces de hacerlo. Esto está ocurriendo en todas las canchas. Ha cambiado la sociedad, ha subido el nivel de violencia, nosotros hay medidas adicionales que podemos tomar pero necesitamos más apoyo", dijo el timonel ayer miércoles.
Los hechos de violencia han sido recurrentes con los hinchas cruzados. Se pueden enumerar en este año.
Incidentes en el clásico con la U con un fanático azul infiltrado, peleas
lamentables con forofos albos en el duelo ante Colo Colo en San Carlos, una béngala lanzada hacia el sector de Flamengo que impactó de lleno en un niño en partido de Copa Libertadores, por nombrar algunas.
Además, también comportamientos inadecuados ante Audax en el cierre de San Carlos y otros complejos episodios frente a otros equipos, como un piedrazo en el duelo ante La Serena en la precordillera.
Huelga histórica también tiene en entredicho a Cruzados
Pero no es lo único. Mientras este episodio de violencia se toma el fútbol en el clásico, los trabajadores de cruzados viven una histórica huelga por mejores condiciones laborales.
"Sentimos que los últimos diez años del club han sido muy buenos, nos sentimos partícipe de esos años, y solo una pequeña muestra de que nos tomen en consideración, que sepan que estamos acá, que hemos entregado a veces mucho más de lo que requiere el trabajo. Es lo mínimo que pedía el sindicato, para poder trabajar y tener buenas condiciones.
No estamos pidiendo nada exorbitante", dijo Sebastián Barrientos, ex jugador y técnico en el fútbol formativo.
Tras más de 7 reuniones que tuvo el sindicato de trabajadores y Cruzados, en el que se aceptó el petitorio, todo se quebró por la negativa de la concesionaria de incluir a 8 entrenadores de escuelas de fútbol que no estaban siendo considerados en un reajuste discutido.
Esto, según dice un comunicado del sindicato, hubiera significado apenas 44.800 pesos al club. Un promedio de 5.625 de incremento por trabajador.
Cruzados no dio su brazo a torcer y los trabajadores de cruzados llevan ya tres días en huelga. Hay varios nombres destacados: Mario Lepe, Barrientos e incluso tienen el apoyo de Cristian Álvarez, otro histórico.
