Vergonzoso escándalo en el fútbol italiano. El partido de play-off por el descenso a la Serie C entre Brescia y Cosenza terminó con invasión de ultras a la cancha.
Los fanáticos brescianos estallaron de furia en el quinto minuto de tiempo agregado.
Su equipo estaba ganando 1-0, pero los calabreses lo empataron y con eso dejaron la serie a su favor. Fue un golpe demoledor que condenó al local a la tercera categoría.
Los ultras, enardecidos, lanzaron bengalas a la cancha y luego invadieron el terreno de juego para agredir a los jugadores. Los futbolistas tuvieron que correr hacia el túnel que llevaba a camarines para resguardarse.
Reinaba el caos. Un guardia de seguridad resultó herido, dos jugadores se pelearon, la policía ingresó a la cancha.
En las afueras del estadio Mario Rigamonti también había incidentes. El auto de Matthieu Huard, defensor del Brescia, fue incendiado. Los fanáticos peleaban con los antidisturbios y entonaban canciones contra Massimo Cellino, dueño del club.
Los futbolistas, sus familias y los empleados se tuvieron que quedar al interior del recinto por varias horas. Si salían, su seguridad no estaba garantizada.
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