Un duro contratiempo sufrieron Los Ángeles Lakers justo cuando estaban disfrutando su mejor momento de la temporada en la NBA.
Uno de sus baluartes, LeBron James, salió lesionado en la derrota del sábado por 111-101 ante los Boston Celtics y encendió las alarmas en el elenco angelino.
Los Lakers llegaban al clásico duelo en Massachusetts con
ocho victorias consecutivas y habían escalado al segundo lugar en la Conferencia Oeste. Con el buen andar estaban apareciendo como una seria amenaza al título, a poco más de un mes del arranque de los playoffs.
James abandonó el encuentro cuando su equipo estaba abajo por 9 puntos, con 6:44 por jugar en el último cuarto, al sentir una molestia en su pierna izquierda.
Este domingo se supo que el jugador, que está disputando su temporada 22 en la NBA, sufrió una distención en la ingle y será baja por al menos una o dos semanas, informó ESPN. Además, afirmaron que en las próximas horas recibirá nuevas evaluaciones para medir la seriedad de la lesión.
Si se ratifica el tiempo de baja, le costaría perderse mínimo entre cuatro y seis partidos en un tramo decisivo de la campaña para decidir las posiciones finales antes de la postemporada.
Según fuentes de ESPN, después del partido LeBron dijo que inmediatamente pensó en la lesión en la ingle que sufrió el día de Navidad de 2018, cuando sintió un crujido en el mismo sector y tuvo que perderse gran parte de esa temporada.
"James dijo que no cree que esta lesión sea tan grave como aquella y luego golpeó el casillero de madera que estaba detrás de él para no mufar", señalaron en el medio estadounidense.
La estrella de 40 años estaba promediando números que recordaban a sus mejores años en la liga, con 25 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias por encuentro. Incluso, algunos ya postulaban su candidatura al MVP.
Todo esto impulsado por la llegada de Luka Doncic, que llegó a principios de febrero a la franquicia en uno de los traspasos más inesperados en la historia de la liga.
