SANTIAGO.- TVN parece sumido en un laberinto sin salida. En sus bases está no recibir aportes del gobierno para no perjudicar la neutralidad de sus contenidos, sin embargo, la auto-financiación ha hecho que la búsqueda de patrocinadores haya sido perjudicial para la calidad de estos. Aún así, los esfuerzos no han sido suficientes y el canal ha llegado a un punto crítico en la crisis financiera que arrastra desde hace años. Continúa en el Senado la discusión para aprobar o rechazar el proyecto de inyectar US$ 47 millones para sacar a flote la señal estatal y TVN tendrá que visualizar una nueva estrategia para conseguir recursos.
Las señales públicas existen en casi todos los países. Su misión es programar contenidos para todos los ciudadanos y, de preferencia, culturales o educativos. Cada país ha adoptado un modelo distinto para financiar estaos canales y, en el caso de Chile, TVN debe competir con los privados, generando recursos a través de publicidad.
En
Emol, recopilamos algunos modelos extranjeros que pueden resultar esclarecedores para la discusión.
Éxitos como la BBC de Reino Unido, fracasos como la RAI de Italia
Es imposible hablar de televisión pública sin referirse a la BBC. La estación del Reino Unido fue la primera en su tipo y se puso en marcha en 1922. La señal ha resistido el paso del tiempo, demostrando independencia política, rentabilidad y adaptabilidad a las nuevas tecnologías.
El financiamiento de la BBC se origina a través de tres flancos. El primero y más importante es el impuesto que se conoce como "canon", que consiste en que todos los británicos tienen que pagar un monto por tener televisores en casa (resulta curioso mencionar que los mayores de 75 años no pagan y los no videntes pagan solo la mitad). Quien no pague el impuesto, recibe una multa. La segunda fuente son las actividades asociadas y merchandasing; y el tercer flanco es una subvención gubernamental proveniente del Ministerio de Asuntos Exteriores. La lógica de este aporte se basa en que BBC informa en 32 idiomas, lo que asegura la difusión de información británica en casi todos los rincones del mundo.
Estados Unidos, por su parte, funciona a través de la Corporación para la Difusión Pública, una organización que es financiada por el gobierno. La corporación agrupa a 354 canales sin fines de lucro y que tienen que cumplir ciertos estándares de calidad. Con el presupuesto estatal se apoya la creación de canales locales. El oficial es el PBS (Public Broadcasting), a la cual pertenecen series como "Barney" y "Plaza Sésamo". Su sello es producir contenido educativo, el cual financia a través de las cuotas de los canales miembros. También, gran parte de sus ingresos provienen de la comercialización de sus programas con otros canales nacionales e internacionales.
En Europa la tendencia de financiamiento de los canales públicos han sido los impuestos específicos. Como el caso de la BBC, hay muchos países que incorporan un canon al televisor o algunos, como Portugal, lo recaudan a través de la cuenta de electricidad. Países como Alemania, Suecia y Finlandia cobran el impuesto a las compañías que ofrecen los servicios de telecomunicaciones. En Noruega e Islandia tomaron la determinación de que la única señal abierta es la televisión pública, y todos los demás canales son de pago. Italia es un caso para tener en cuenta; incorporan el "canon", pero también la RAI puede emitir anuncios -teniendo establecido un máximo de 12 minutos de publicidad por hora-, para así competir con el principal grupo privado del país, Media Set. El modelo ha generado un duopolio y la señal italiana es duramente criticada por la falta de calidad en sus contenidos.
En Sudamérica, TV Perú funciona como TVN, es decir, señal pública con financiamiento privado. Está el caso de Brasil en que la televisión pública si bien existe, tiene una importancia mínima en comparación con mega canales privados como O' Globo. En México se puso a las señales públicas a cargo de las universidades: son espacios educativos, de servicio y no compiten con los privados. En Colombia, Venezuela y Ecuador, las señales públicas dependen directamente del gobierno, lo que pone en duda su neutralidad informativa. Lo mismo pasa con la TV Pública Argentina, que se opera directamente desde el Poder Ejecutivo, aunque los trasandinos tienen una particularidad puesto que existe un tercer sector (ni público ni privado) compuesto por canales pertenecientes a organizaciones sin fines de lucro, lo que da pie a numerosas señales locales o dedicadas a cooperativas y cultos.
En los continentes más alejados también hay algunos casos que vale la pena repasar. Por ejemplo en China, la televisión central se opera directamente desde el Estado, el que tiene el monopolio de la señal abierta. En Australia y Nueva Zelanda se siguió el modelo de la BBC; ABC y TVNZ, respectivamente, se financian mediante impuestos directos y no emiten publicidad. En ambos países de Oceanía existen además canales públicos que dan cobertura a minorías. Por ejemplo, en Austalia está Imparja Television gestionado por la comunidad aborigen y en Nueva Zelanda también existe un canal de indígenas, Maori Television.
La sesión en que el Senado discutirá la situación de TVN se postergó para el 7 de noviembre.