En lo que fue un proceso histórico,
este fin de semana fueron elegidas las 155 personas que integrarán la Convención Constitucional y que serán las encargadas de redactar una nueva Carta Fundamental para Chile.
Desde su instalación -que debería ser entre junio y julio-, los convencionales constituyentes tendrán un plazo de nueve meses -prorrogables por tres meses por una única vez- para redactar y aprobar una propuesta de texto de nueva Constitución, que luego será ratificada o rechazada en un plebiscito nacional.
Los 155 miembros del órgano tendrán dos sedes de trabajo, de las cuales la principal estará ubicada en el
edificio del ex Congreso, y será allí donde se desarrollen
las comisiones y sesiones plenarias. La segunda, en tanto, es el
Palacio Pereira, donde los convencionales constituyentes
tendrán sus oficinas compartidas.
A continuación te contamos parte de la
historia de los edificios convertidos en los nuevos símbolos de poder e influencia tras las elecciones.
Edificio del Ex Congreso. Crédito: El Mercurio.La accidentada construcción del ex Congreso
Ubicado en la manzana comprendida entre las calles Catedral, Bandera, Compañía y Morandé -en la comuna de Santiago-, el edificio del ex Congreso es la sede de la cámara de Diputados y del Senado en la capital. Además, alberga a la biblioteca del órgano legislativo.
Según señala el Consejo de Monumentos Nacionales en su página web, la construcción del edificio fue bastante accidentada desde que fuera proyectado por el arquitecto francés Claude Françoise Brunet, quien no alcanzó a verlo terminado ya que murió en 1855.
Las obras comenzaron dos años después bajo la dirección del también francés Lucien Hénault, pero fueron paralizadas en 1860 por falta de recursos. Hasta ese momento solo se había construido el primer piso.
Recién diez años después se retomaron los trabajos en el edificio, el que para entonces se encontraba muy deteriorado. Se hizo cargo de las labores el arquitecto Manuel Aldunate, pero
fue el italiano Eusebio Chelli quien pudo concluir la construcción en 1876.
En 1895, parte del edificio resultó destruido por un incendio, por lo que se realizaron obras de reconstrucción que se extendieron por seis años.
Funcionó como sede del Congreso Nacional hasta el golpe de Estado de 1973. Luego fue utilizado por los ministerios de Justicia -hasta 1990- y Relaciones Exteriores.
En 2006 comenzaron a realizarse los trámites para devolver el edificio al Congreso.
De estilo neoclásico, cuenta con una
planta cuadrada de dos niveles, con cuatro patios interiores dispuestos de forma simétrica.
Destaca su piso de parquet y una escalera de mármol.
Declarado Monumento Histórico en 1976, en diciembre de 2020 la Cámara de Diputados dio el visto bueno para que la Convención Constitucional sesionara en el edificio. Sin embargo, este
debió ser sometido a obras de remodelación para poder albergar a los convencionales constituyentes, tanto en lo relacionado con el espacio como también en cuanto a aspectos técnicos como instalaciones eléctricas, de redes, de audio, etc.
Durante la semana previa a las elecciones que tuvieron lugar este 15 y 16 de mayo, el ministro de la Segpres, Juan José Ossa, recorrió las
obras de remodelación las que -dijo-
deberían estar listas "en dos o tres semanas".
"Siguen pendientes muchas otras cosas, como asuntos de seguridad, enlaces, internet, compra de computadores. Estamos comprometidos con que sean recibidos de brazos abiertos nuestros futuros miembros de la Convención Constitucional", señaló.
El Palacio Pereira antes de ser restaurado. Crédito: El Mercurio (archivo).El renacer del Palacio Pereira
Ubicado en la esquina de San Martín con Huérfanos, también en la comuna de Santiago,
fue construido en 1872 como residencia de la familia de Luis Pereira Cotapos, un renombrado abogado, empresario (fundó Viña Santa Carolina) y político (fue diputado, senador y ministro de Relaciones Exteriores).
De estilo neoclásico, con elementos del renacimiento francés del siglo XVII,
sus planos también fueron elaborados por el arquitecto Lucien Hénault, siendo este su último trabajo en Chile antes de regresar a Francia.
Luis Pereira vivió en el palacio junto a su esposa, Carolina Iñiguez Vicuña, y sus hijos.
Falleció en 1909, pero
su viuda conservó el edificio hasta su muerte en 1932.
Tras el deceso de Carolina Iñiguez, el Palacio Pereira pasó por varias manos que intervinieron su construcción y le provocaron gran deterioro. Primero fue vendido al Arzobispado de Santiago, y luego arrendado al Ministerio de Educación que lo usó para albergar al Liceo N°3 de Niñas y, más tarde, a diversas organizaciones estudiantiles.
Tras el golpe de Estado de 1973, la construcción fue adquirida por una inmobiliaria, que la adaptó como galería comercial. Un año después fue
declarado Monumento Nacional, pero posteriormente se le quitó esa categoría, que recuperó en 1981, cuando pasó a manos de Raúl del Río Alfaro.
El edificio estuvo abandonado por al menos tres décadas y en 2011, cuando corría riesgo de ser demolido, el Gobierno entonces presidido por Sebastián Piñera en su primer período,
concretó su compra para recuperarlo. Las autoridades convocaron a un concurso público, que fue ganado por el proyecto de los arquitectos Cecilia Puga, Alberto Moletto y Paula Velasco.
Con un presupuesto de $16 mil millones, las obras se iniciaron en julio de 2016 y con ellas
se recuperó el edificio existente (1.792,38 m²), así como también se creó en un patio eriazo adjunto,
una ampliación de cinco pisos y dos subterráneos (4.674,07 m²).
La primera planta del Palacio Pereira fue proyectada como un espacio abierto a la ciudadanía, con salas de exhibición, un centro de documentación del Consejo de Monumentos Nacionales, una cafetería y una librería. En el piso -1, en tanto, se creó un auditorio.
El 11 de enero de 2021, el Presidente Sebastián Piñera presentó al
histórico edificio como sede de trabajo para la Convención Constitucional, específicamente para albergar las oficinas compartidas de los 155 constituyentes.
Una vez que finalice el proceso de elaboración de una nueva Constitución, el Palacio Pereira cumplirá con los planes originales de albergar a parte de los equipos y oficinas del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, específicamente
al Servicio Nacional de Patrimonio Cultural (DIBAM) y al Consejo de Monumentos Nacionales.
Vista interior del Palacio Pereira restaurado. Crédito: LUN.