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Seleccionados entre 600 postulantes: Dos cantantes líricos chilenos llegan a la semifinal de prestigioso concurso francés

El tenor Gonzalo Quinchahual y la mezzosoprano Camila Aguilera, ambos de 26 años, mostrarán su habilidad vocal en la capital francesa.

21 de Abril de 2023 | 10:21 | Por Sofía Dib, Emol
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Gonzalo y Camila en París.

Paris Opera Competition es el nombre del prestigioso concurso francés de música lírica, del que la mezzosoprano Camila Aguilera y el tenor Gonzalo Quinchahual son semifinalistas.

Ambos chilenos de 26 años
se han dedicado a la música desde temprana edad y valoran profundamente el aporte que han tenido de parte de sus docentes. Pero quienes los han apoyado en esta etapa han sido los profesionales de la Fundación Ibáñez Atkinson, específicamente a través del Ibáñez Atkinson Young Artist Program (FIA-YAP).

Este es un programa de perfeccionamiento lírico pionero realizado con el Teatro Municipal de Santiago, que busca impulsar la carrera de jóvenes excepcionalmente talentosos, junto a profesores y mentores como David Gowland (Royal Opera House), Bradley Moore (MET Opera), John Norris (Staatsoper Berlin), Paul Curran (LA Phil) y Adrian Kelly (Salzburger Festspiele).

En palabras de la propia Aguilera, la idea de este programa es que "sea un trampolín y creo que lo ha sido porque aquí estamos. Es difícil salir de Chile, sobre todo porque para salir hay que tener una educación y una mente de conocer cómo funciona y qué es lo que se espera de un cantante acá en Europa, y esa perspectiva nos dio el programa porque tuvimos profesores de acá mismo", dijo a Emol.

Para llegar hasta la semifinal en Francia, los artistas tuvieron que enviar un video de no más de un año de antigüedad interpretando una canción de ópera. Entre todos los postulantes, el Paris Opera Competition eligió a sólo 40 personas -de entre 600- menores de 34 años de todo el mundo, quienes se presentan entre ayer y hoy en el Théâtre des Champs-Elysées ante un jurado compuesto por representantes de la Met Opera, la Staatsoper Berlin, el Gran Teatre del Liceu, entre otras destacadas casas de ópera del mundo.

"Después de dos intensos años de perfeccionamiento con grandes profesores y coaches, podemos ver cómo los artistas del programa FIA-YAP están proyectando su carrera dentro y fuera de Chile", señala Andrés Rodríguez Spoerer, gerente de Música de Fundación Ibáñez Atkinson. "Su participación en este concurso es una oportunidad para prepararse para el nivel de exigencia del mercado internacional y también hacer redes con otras casas de ópera", agrega.

Desde Copiapó a París

Camila Aguilera es una joven nacida y criada en la comuna de Copiapó, Región de Atacama. Allí cursó la educación básica y media. Aproximadamente a sus ocho años ingresó al coro del Liceo Sagrado Corazón, donde tocaba principalmente la batería. En I Medio decidió cambiarse al Liceo de Música de Copiapó, siguiendo su pasión. En ese lugar fue guiada por Rodrigo Tapia, a quien le tiene afecto.

Allí fue donde tuvo su encuentro directo con el canto, ingresando también al coro para luego, en III Medio, entrar al electivo de música, pensando ya en dedicarse a eso profesionalmente. "Ahí comencé a ser solista", cuenta Aguilera a Emol.

"En 2014 una agrupación de cantantes hizo un Fondart el cual se trataba de llevar a tres profesores de canto a Copiapó para que nos hicieran clases, y ahí comenzó la cosa más seria", dice. En ese momento la joven tenía 17.

Su pasión por el canto lírico se desarrolló desde el comienzo, “nunca canté popular”, comenta.

Al salir de la escuela decidió trasladarse a Santiago para estudiar en la Universidad Alberto Hurtado, donde Viviana Hernández la formó en la carrera de Interpretación Superior mención Canto.

Durante su estadía en la capital fue que conoció por primera vez en persona a Gonzalo, en el Coro de Cámara de la Universidad Católica.

Del piano al canto lírico


Este joven de 26 años es capitalino desde que nació, específicamente en la comuna de Lo Espejo. Su primer acercamiento con la música también fue con un instrumento: el piano.

"Tuve una especie de fugaz enamoramiento del piano y traté de estudiar, pero no tenía los medios para estudiar ese instrumento", cuenta a Emol. Esa experiencia fue aproximadamente a los 11 o 12 años, donde aprendió a leer música y a conocer más sobre el tema.

"Yo sabía que quería hacer algo con las artes, siempre lo supe, porque era un sentimiento súper fuerte que tenía, con respecto a la música sobre todo", señala Quinchahual. Cuando llegó a la educación media e ingresó al Instituto de Orientación Pedagógica en La Cisterna en 2011, descubrió y se adentró en el canto. En ese lugar "el coro tenía mucho espacio en el colegio".

"Yo sabía que quería hacer algo con las artes, siempre lo supe, porque era un sentimiento súper fuerte que tenía, con respecto a la música sobre todo"

Gonzalo Quinchahual
Luego, en IV Medio, decidió tomar clases de canto sólo para perfeccionarse en la ópera. Fue ese mismo año que ingresó al Coro de Cámara de la Universidad Católica, donde coincidió con Aguilera. Luego ambos coincidieron un año en el programa de la Fundación Ibáñez Atkinson. Camila fue parte de la primera generación, mientras que Gonzalo de la segunda.

Para Quinchahual su educación en la música "fue una formación casi toda particular", y valora lo preparado que salió del colegio en términos técnicos.

De pasar a la final, a la que clasifican sólo nueve de los 40 semifinalistas, tendrán que viajar nuevamente a París en septiembre de 2023 para realizar una presentación con una elaboraba propuesta escénica, algo así como un concierto de ópera acompañados por L'Orchestre des Frivolités Lyriques, bajo la dirección de Victor Jacob.
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