En abril de 2013,
una macabra noticia conmocionó a la sociedad chilena: cinco meses antes
una guagua de solo dos días de vida había sido quemada durante un ritual realizado por la denominada
secta de Colliguay, fundada y liderada por
Ramón Castillo Gaete, más conocido como
"Antares de la Luz".
Tras la detención de miembros de la siniestra agrupación por parte de efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) -que indagaban el caso desde enero luego de una denuncia-, comenzaron a conocerse
escalofriantes detalles de lo ocurrido, entre ellos que
Castillo Gaete afirmaba ser la reencarnación de Dios, cuya misión era salvar al mundo. De esta manera,
sus seguidores lo adoraban y rendían obediencia, y juntos hacían rituales en los que a veces consumían ayahuasca, una planta alucinógena.
Según "Antares de la Luz",
el 21 de diciembre de 2012 sería el "fin del mundo". Además, estaba convencido de que
la guagua que esperaba Natalia Guerra, una de sus seguidoras, era el anticristo, por lo que era peligroso para el grupo.
El niño nació en noviembre y fue llamado Jesús. Sin embargo, dos días después de su llegada,
Castillo ordenó a los miembros de la secta que cavaran un hoyo en el cerro, donde el pequeño sería sacrificado en una hoguera.
Y así lo hicieron.
Pasaron los días y
la promesa del fin del mundo no se concretó, por lo que los seguidores de "Antares de la Luz" comenzaron a tener dudas. Uno de ellos era
Pablo Undurraga, sostén económico del grupo, quien
decidió escapar con su novia, lo que motivó a otros a huir, incluido Castillo Gaete.
Pablo Undurraga fue el único exmiembro de la secta que quiso entregar su testimonio. Crédito: Netflix.Luego de que el macabro caso se hiciera público y los miembros de la secta fueran detenidos,
se inició la búsqueda de "Antares de la Luz" que finalizó en Cusco, donde fue hallado sin vida en una casa abandonada. En tanto,
Undurraga y Guerra fueron los únicos miembros de la secta que recibieron penas de cárcel efectiva de 5 años cada uno.
Esta es, a grandes rasgos, la
historia que retrata "Antares de la Luz: la secta del fin del mundo", el documental que a un día de su estreno
es lo más visto en la categoría "películas" de Netflix. Dirigido por Santiago Correa y realizado por la productora Fábula, la producción contienen
detalles inéditos sobre cómo operaba la secta y entrevistas exclusivas con algunos de sus exintegrantes, entre ellos Pablo Undurraga.
Según explicó Correa a El Mercurio, su documental expone un
debate en torno a la manipulación mental de los miembros de la secta y esa perspectiva fue la que, precisamente, ayudó a que Undurraga quisiera entregar su testimonio.
"Empezamos a conversar y nos dimos cuenta de que teníamos algunas cosas en común (...) Ambos éramos de la misma generación, habíamos estado en un colegio tradicional y yo conocía lo crudo que puede ser el bullying y lo importante que era el pertenecer. Eso creó una confianza mutua. También creo que Pablo sintió que era el momento de contar su verdad", dijo:
Correa también señaló que Natalia Guerra, la madre de la guagua fallecida, manifestó interés en participar en la producción, pero después dio pie atrás asegurando que no estaba preparada.
"Antares de la Luz: la secta del fin del mundo" está disponible en Netflix desde el 25 de abril, y tiene
una hora y 40 minutos de duración.
Una de las casas de la secta. Crédito: Netflix.