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Rousseff ante el Senado: El último capítulo del juicio que podría destituir a la Presidenta de Brasil

Este jueves, la Cámara Alta definirá el futuro político de la Mandataria, luego de que fuera acusada de maquillar las cuentas públicas. Expertos auguran su caída y proyectan una crisis que está lejos de terminar.

25 de Agosto de 2016 | 07:00 | Por Valentina Salvo U., Emol
SANTIAGO.- Este jueves comienza la semana más dura que le tocará vivir a la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cuando el Senado de ese país comience con el proceso de juicio político o "impeachment" en su contra, luego de que fuera acusada de maquillar las cuentas fiscales, lo que le habría facilitado su reelección en 2014.

Y al parecer, los vientos no corren a favor de la Mandataria. Según O Globo, al menos 51 de los 81 senadores que votarán en el juicio político, han asegurado que respaldarán su destitución. Para que se concrete su salida del cargo, se necesitan 54 del total.

Según dijo a Emol Fernando García Naddaf, director del Magíster en Política y Gobierno de la Universidad Diego Portales, el futuro de la jefa de Estado está zanjado. "Cuando se empiezan a contar los votos, todos los cálculos indican que Dilma va a perder la votación. La señal más clara es cuando tu propio partido está reconociendo que no van a dar los votos. Con eso ya es un hecho", sostuvo, refiriéndose al bajo optimismo del oficialista Partido de los Trabajadores.

Imagen de corrupción


Para el analista, la Mandataria vive un proceso que no es común y que ocurre por causas que trascienden las acusaciones por traspaso de dinero. "Uno podría pensar que podría no ser justificable (…) Lo que a ella se le está acusando no sé si da para un 'impeachment' en otro país latinoamericano, o incluso en otro país europeo. Se le atribuye al PT una mala gestión en la economía y una responsabilidad en los casos de corrupción. Todas esas cosas le están pasando la cuenta", aseguró.

Lo mismo piensa Gilberto Aranda, académico del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad de Chile. "Los temas de corrupción están salpicando a todo el espectro político brasileño (…) Lo que aparece de cara a la opinión pública, es que se mezcla comunicacionalmente la corrupción con el tema de la responsabilidad política de la Presidenta", explicó.

A ello, García Naddaf agrega que el proceso que mantiene al borde del barranco a la Mandataria está relacionado con la lucha de la oposición por sacar al PT del poder. "Es una batalla política, que simplemente toma la forma de lo político jurídico. Tiene que ver el cómo recupera el poder la oposición aprovechando una situación que le es favorable", sostuvo.

De todas formas, Aranda aclara que el camino recorrido hacia el juicio político se ha realizado conforme a la ley, pero también reconoce que está cruzado por una disputa política. "Hay faltas administrativas claras y evidentes, se ha seguido un proceso institucional absolutamente correcto e impecable, pero que, sin embargo, está contaminado y cruzado por variables políticas", enfatizó.

Un futuro incierto


El último capítulo de la telenovela que vive Rousseff en el Congreso y que se arrastra desde diciembre pasado, inicia este jueves, cuando el pleno del Senado entregue el micrófono a los testigos de la parte acusadora, cuya exposición se espera se extienda hasta el sábado. El lunes será el turno de Dilma y su defensa, mientras que el 30 y 31 de agosto se daría paso a la última de las votaciones.

Luego de ello, el futuro sigue siendo incierto para Brasil. A pesar de que el siguiente en la lista de sucesión es el vicepresidente Michel Temer, su ascenso al poder no es del todo seguro. Esto, debido a una acción interpuesta ante el Tribunal Superior Electoral brasileño, donde se busca establecer que los presuntos traspasos de fondos por los cuales Rousseff estaría siendo juzgada políticamente, no la beneficiaron sólo a ella en la campaña electoral de 2014, si no que a toda su lista de postulación, incluyendo a Temer.

De darse luz verde a tal solicitud, el actual Presidente interino no podría asumir su rol como Mandatario. Según sostiene Aranda, si ello ocurre a partir del 1 de enero, el Congreso tendrá la responsabilidad de escoger al líder del país. Pero si sucede antes del 31 de diciembre, se realizarán elecciones presidenciales anticipadas.

"Eso va a depender de la clase política brasileña y del movimiento social, de las manifestaciones ciudadanas que van a ser clave. Si la elite se pone de acuerdo y afirma que es mejor aquietar y estabilizar el sistema, van a intentar que esa acusación no prospere. En cambio, si el PT ve la opción de seguir de alguna manera al frente del Gobierno, va a buscar que se lleve a cabo", aseguró.

En ese contexto, para el analista, las proyecciones no tienen buena cara. "La inestabilidad será muy grande (…) Si Temer se hace cargo del Gobierno va a enfrentar movilizaciones no menores a las que tuvo Dilma. Si a eso le sumamos una clase política que no se pone de acuerdo, vamos a tener un momento crítico para Brasil. Tendría que cambiar los actores a través de consultas ciudadanas o elecciones, para de alguna manera darle un respiro".

Igual diagnóstico realiza García Naddaf, quien además asegura que para quien asuma, el tiempo no alcanzará para conquistar a la ciudadanía. "Cuando se destituye a un presidente, se destituye al único político que ha sido votado por la gran mayoría del país (…) el Brasil que va a emerger, no tiene buenas señales porque no tiene una base que le dé solidez. Temer o quien sea el nuevo presidente no va a lograr resolver el tema económico o el de la corrupción en dos años", sentenció.
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