BERLÍN.- El ex preso de Guantánamo Murat Kurnaz, nacido en Alemania, exigió al ministro de Asuntos Exteriores y previsiblemente futuro presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, que se le disculpe por los cuatro años que pasó internado en esa cárcel estadounidense sin que Berlín intercediera por él.
"Es una herida abierta, una decepción sin medida, que Alemania me abandonase a mi suerte", apuntó Kurnaz, en declaraciones hechas este martes al diario "Taz", un día después de que la coalición de Angela Merkel consensuase la candidatura de Steinmeier para la Presidencia.
Kurnaz estuvo en Guantánamo entre 2002 y 2006, sin que el Gobierno liderado por el socialdemócrata Gerhard Schröder, en el que Steinmeier era ministro de la Cancillería, intercediera por su liberación ante Estados Unidos.
El ex confinado sostiene que Steinmeier, en cuyas atribuciones entraba la coordinación de los servicios secretos de Cancillería, fue el "máximo responsable" de su situación y recuerda que hasta ahora no se ha disculpado por lo ocurrido.
"Debería limpiar su capítulo de pecados antes de convertirse en presidente", sostiene ante ese medio, afín al ecopacifismo, ante la previsible elección de Steinmeier como sucesor del independiente Joachim Gauck, a quien relevará en el cargo en febrero de 2017.
La elección corresponderá a la Asamblea Federal, cámara mixta formada por los diputados del Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) más representantes de los estados federados, en la que la gran coalición tiene una holgada mayoría.
Kurnaz fue detenido a finales de 2001 en Pakistán, seguidamente trasladado a Afganistán y desde allí pasó a Guantánamo, donde estuvo hasta su liberación en agosto de 2006.
Su caso ocupó durante años a Berlín, tanto durante el Gobierno del socialdemócrata Schröder como después con la conservadora Merkel, de la que Steinmeier fue titular de Exteriores en su primera legislatura, además de la presente.
Tras su liberación, una comisión parlamentaria investigó la eventual responsabilidad del Ejecutivo en ese largo internamiento y torturas sufridas por el preso.
Dos años después cerró el caso sin concluir si hubo o no maltrato.