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Trump versus la CIA: Las contradictorias versiones sobre el supuesto origen chino del coronavirus

El Mandatario estadounidense ha concentrado sus esfuerzos en demostrar que en el país asiático comenzó de forma manipulada el covid-19, mientras que su servicio de inteligencia lo descarta públicamente.

01 de Mayo de 2020 | 08:28 | Redactado por Verónica Marín, Emol
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EFE
Opuestas han sido las versiones sobre el origen del coronavirus que ha entregado el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los datos reportados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Los esfuerzos de la Casa Blanca por demostrar que en el gigante asiático se manipuló el virus, específicamente en un laboratorio de Wuhan, han llevado a que incluso altos personeros de Gobierno se hayan encargado de presionar las investigaciones.

Sin embargo, y luego de que anoche el Mandatario estadounidense dijera tener pruebas sobre el origen chino de la pandemia, en una perfomance comunicacional poco habitual, desde Inteligencia salieron a contrarrestar su versión.

A través de un comunicado emitido desde la oficina del director de Inteligencia Nacional, Richard Grenell, descartaron la posición de Trump de que la mano del hombre esté detrás del virus SARS-CoV-2.

"Toda la comunidad de Inteligencia ha estado proporcionando de forma consistente un apoyo crucial a los políticos de EE.UU. y a aquellos que están respondiendo al virus del covid-19, que se originó en China. La comunidad de Inteligencia también coincide con el amplio consenso científico de que el virus de la COVID-19 no es ni artificial ni genéticamente modificado", señaló la CIA.

La agencia federal agregó de todos modos, y ante las solicitudes del Presidente, que "la comunidad de Inteligencia continuará examinando rigurosamente la información y los datos que emerjan para determinar si el brote (de coronavirus) comenzó a través del contacto con animales infectados o si fue resultado de un accidente en un laboratorio en Wuhan".

Los esfuerzos de la Casa Blanca

El anuncio de la CIA también coincide con la publicación de The New York Times, que asegura que funcionarios de alto rango de la administración Trump presionaron a la agencias de espionaje en busca de pruebas que apoyen su teoría de que el virus fue creado en un laboratorio en Wuhan.

Según el diario, que cita a funcionarios y ex funcionarios estadounidenses, hay asistentes del Presidente y legisladores republicanos que pretenden culpar a China de la pandemia para desviar la atención y se saque el foco de la gestión del gobierno ante la crisis en Estados Unidos, el país con el mayor número de casos confirmados y con más de 63 mil fallecidos.

De acuerdo con el diario norteamericano, el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha estado liderando estos esfuerzos. Mientras que el viceasesor de Seguridad Nacional, Matthew Pottinger, permanece desde enero presionando a los servicios de Inteligencia para que reunieran información que sustente la hipótesis de Trump.

En tanto la vocera de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, ha apuntado públicamente a una estrategia política de Beijing, la que a su juicio, busca frenar la reelección del republicano.

En una última conferencia de prensa al ser consultada al respecto, ella respondió aludiendo a los comicios de noviembre: "¿Por qué China querría la reelección de un Presidente que finalmente ha tenido el coraje de ponerse cara a cara (frente a ellos)? Él (Trump) simplemente está mencionando el hecho de que a China le gustaría ver a otra persona en este cargo".

Todo esto se suma a la información entregada por el The Washington Post que publicó esta semana que funcionarios de alto rango estadounidenses evalúan las posibilidades para imponer un castigo o solicitar compensaciones económicas a China por las consecuencias de la pandemia.

Según afirma el periódico, desde la Casa Blanca buscan la fórmula para que que el gigante asiático pierda la "inmunidad soberana" y pueda ser demandado por los efectos del coronavirus.
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