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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 00:27
La inédita cifra, revelada en el último reporte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), da cuenta de que el número de personas desplazadas por la fuerza se ha duplicado en menos de una década. En ella se incluye las personas desplazadas internamente dentro de sus propios países, los solicitantes de asilos, los desplazados en el extranjero y los 27,1 millones de refugiados como resultado de la persecución, los conflictos, la violencia y/o las violaciones de los derechos humanos.
El Banco Mundial es directo: "Luego de una crisis, los refugiados ya no ocupan los titulares noticiosos, pero muchos de ellos permanecen desplazados durante mucho tiempo y aún necesitan ayuda". El organismo ejemplifica con el caso de los 6,8 millones de refugiados sirios, quienes después de una década de haber iniciado la guerra en su país -e incluso más- siguen repartidos en otras 128 naciones.
No basta con vivienda, alimentos, agua y ayuda médica. Al momento de convertirse una persona desplazada por la fuerza, sin un término claro a la visa, es necesario crear empleos que les ayuden a ser autosuficientes, contar con planes educativos para sus hijos, y disponer de marcos jurídicos y políticos que puedan hacer todo esto posible.
"Responder a la llegada repentina de recién llegados en situación vulnerable plantea un desafío a los Gobiernos anfitriones", los que aparte ya tenían dificultades para alcanzar sus propios objetivos de desarrollo.
Se estima que la mitad de los refugiados en el mundo corresponden a menores de 18 años, quienes -en una proporción considerable- han sufrido desplazamiento durante todos los años de su escolaridad. Según un informe de la ACNUR, el costo de incluirlos en los sistemas educativos nacionales de los países en desarrollo, donde vive el 82% de los refugiados del mundo, representaría menos del 5% del costo existente de la educación pública.
Desde temprana edad, las niñas refugiadas tienen menos probabilidad de terminar la escuela y corren mayor riesgo de sufrir violencia de género. Asimismo, las mujeres enfrentan otras dificultades, como por ejemplo -en algunos países anfitriones- deben emitir pruebas legales de identificación para abrir cuentas bancarias, poseer una propiedad, o acceder a servicios sociales o sanitarios.
"Las empresas pueden ser una fuente de empleo. Pueden proporcionar apoyo a los emprendedores y realizar inversiones que beneficien a los refugiados y a las comunidades que los reciben. Y pueden ofrecer bienes y servicios orientados a las necesidades de los refugiados. A su vez, los refugiados aportan habilidades y talentos e impulsan el empleo y, en calidad de clientes, representan ingresos para las empresas."
Un estudio de la ACNUR ha evaluado el impacto de los proyectos de integración, evaluando cómo estas políticas inclusivas pueden promover la integración social y económica. El organismo ejemplifica con los casos de Uganda y Perú. En el primero de ellos la presencia de refugiados mejoró el acceso de las comunidades anfitriones a los servicios sociales. En el segundo, la presencia de más de 1 millón de venezolanos ayudó a mejorar las condiciones del mercado laboral, reduciendo así las tasas de delincuencia y aumentando los niveles de confianza entre vecinos.
"Podemos encontrar fácilmente números totales sobre refugiados a nivel global y nacional, pero obtener un panorama preciso de esta crisis es difícil debido a obstáculos para obtener datos de calidad sobre las condiciones económicas y sociales de los refugiados y las comunidades de acogida. Necesitamos más y mejores datos para saber qué funciona, qué no funciona, qué políticas deben formularse y qué medidas deben adoptarse en cada situación".
Muchos de los conflictos que desplazaron a estos millones de personas aún continúan. Son tan difíciles de resolver que se prolongan, y cuando logran salir experimentan condiciones precarias. "El punto final de la labor con los refugiados no se trata del lugar dónde viven -en el exilio o en el país de origen- sino de si siguen siendo vulnerables y aún necesitan apoyo específico".
