Este viernes, el Presidente
Gabriel Boric comienza en
España su intensa gira por Europa que también lo llevará a Francia, Bélgica y Suiza. El Mandatario tiene agendado reunirse con el rey
Felipe VI y el jefe del Gobierno español,
Pedro Sánchez, al día de hoy protagonista del crispado momento que vive el país europeo, con unas elecciones a la vuelta de la esquina.
En nueve días más, los españoles saldrán nuevamente a las urnas para participar en los comicios convocados por el propio gobernante, quien decidió adelantar la votación luego del desastre oficialista en la elección municipal y regional del pasado 28 de mayo, donde se impuso la derecha encabezada por el Partido Popular (PP) y Vox.
Con esos antecedentes, España se encuentra en
un escenario de profunda polarización, con una campaña marcada por los ataques y descalificaciones que es seguida con atención tanto a nivel nacional como en el extranjero.
La situación actual complica a Pedro Sánchez, que se ha sumergido en una intensa campaña para lograr la reelección, objetivo que, según marcan las últimas encuestas, se le está alejando. El Mandatario, además, ha centrado sus energías en la presidencia temporal de la Unión Europea, que España acaba de asumir.
En el Gobierno chileno saben la situación que vive España, pero toma distancia. "Las relaciones son siempre entre Estados, Chile se relaciona con Estados, obviamente Chile no interviene en política interna de los distintos países. Esta visita está programada con mucha anticipación y tanto Chile como España aspiraban a que esta visita pudiese realizarse en el tiempo previsto. La idea es siempre mantener las relaciones al nivel que corresponde, a nivel de autoridades de Estado y no entrar al juego político interno", afirmó el canciller Alberto van Klaveren, en su llegada a Madrid como parte de la comitiva presidencial.
Una campaña áspera
La posibilidad de que el socialista Pedro Sánchez logre la reelección se ve cada vez más difícil, mientras que el Partido Popular (PP), liderado por Alberto Núñez Feijóo, ha ido sumando más adeptos con el paso de los días, gracias a una campaña agresiva y el gran impulso que significó el triunfo de mayo.
Esto quedó demostrado en el debate presidencial del lunes recién pasado. Ambos dirigentes se vieron por primera vez las caras en un encuentro donde medios y expertos preveían un triunfo del Mandatario y líder del PSOE, gracias a su histrionismo y carisma. Sin embargo, Núñez Feijóo logró llevar la discusión a un terreno áspero marcado por los ataques, del cual salió victorioso y se vio mucho más seguro que su adversario, que perdió los estribos.
El PP ha centrado su campaña en mostrarse como el cambio necesario que necesita España y ha propuesto derogar lo que llaman
"sanchismo", aquellas leyes económicas y sociales que se aprobaron en esta legislatura.
Feijóo, que se presenta por primera vez como candidato para presidir el Gobierno español, pidió el voto para lograr un Ejecutivo de una "pieza", sin "intransigencias de extremos", y llamó a votar contra la izquierda, a la que acusa de fiar todo a un "supuesto miedo", eso sí, sin mencionar a Vox.
La colectividad ultraderechista, por su parte, se presenta en estas elecciones de la mano de su líder, Santiago Abascal. Este partido podría ser crucial en caso de que el PP no consiga la mayoría absoluta (176 escaños), y ya advirtió que exige a cambio entrar al Gobierno.
Por otro lado, el PSOE podría contar con el apoyo del nuevo grupo de izquierda
Sumar, liderado por la vicepresidenta segunda del actual ejecutivo de coalición progresista,
Yolanda Díaz.
Estos posibles pactos son usados tanto por el PP como por el PSOE como argumento contra el adversario. Los socialistas insisten en el peligro que supondría que Vox entrara en el Ejecutivo de España, mientras que el PP critica las políticas que hizo Sánchez por depender en la anterior legislatura de partidos más a su izquierda y nacionalistas.
Qué dicen las encuestas
Por ahora, las encuestas son favorables para el PP. Según los expertos, la colectividad derechista cuenta con un alto índice de fidelidad entre sus votantes, pero al PSOE le falta movilización, ya que solo un 60% de los que lo apoyaron en las últimas elecciones generales lo hacen ahora.
El escenario, en todo caso, no era tan desfavorable para el partido oficialista, al menos antes del debate del lunes. En ese momento, según la encuesta divulgada por El País y Cadena Ser, el PP llegó a marcar 30,8% de intención de voto, versus el 29,7% del PSOE. Tras el cara a cara, la situación cambió: ahora el partido derechista alcanza el primer lugar con un 31,8% versus el 29,5% de los socialistas.
En la lucha por el tercer lugar, en tanto, Vox obtiene un 14,8% de intención de voto, versus el 12,6% de Sumar. El resto de las colectividades suman un 11,3%.
Traducido al Congreso, el PP lograría 131 escaños, los que sumados con los 41 que obtendría Vox, alcanzarían los 172 cupos, a cuatro de la mayoría absoluta.
Por su parte, el PSOE obtendría 114 escaños y Sumar, 33. Entre ambos lograrían 147 puestos, insuficiente para ser gobierno.
La campaña en España continúa, mientras el país europeo recibe a Gabriel Boric.
