El
Presidente Donald Trump organizó el mayor desfile militar de Estados Unidos en décadas el día de su 79 cumpleaños, mientras multitudes de manifestantes lo llamaron tirano en protestas en todo el país.
En un ambiente ensombrecido por la
muerte a tiros el sábado de Melissa Hortman, una congresista estatal demócrata, el desfile y las manifestaciones pusieron de relieve lo profundamente dividido que está Estados Unidos.
En el palco, acompañado por su esposa Melania, el presidente republicano hizo el saludo militar mientras los tanques rugían, sobrevolados por aviones.
Casi 7.000 militares recorrieron el centro de Washington en el desfile más grande de este tipo desde 1991, que coincidió con el intercambio de ataques entre Irán e Israel, un gran aliado de Estados Unidos.
Una salva de 21 cañonazos, seguida del himno estadounidense, marcó el comienzo de un espectáculo castrense que costará hasta 45 millones de dólares, según las autoridades.
Durante casi dos horas los tanques resonaron, los paracaidistas descendieron de los aviones y los helicópteros volaron a baja altura, mientras el público retrataba el momento con sus celulares.
"Somos el país más pujante del mundo en este momento, y nuestro país pronto será más grande y más fuerte que nunca", prometió Trump al final del desfile.
"Esta noche, afirmamos con certeza inquebrantable que en los años venideros y en cada generación a partir de entonces, siempre que el deber llame y cualquier peligro aceche, el soldado estadounidense estará allí", advirtió.