Este domingo dos hombres -un padre y su hijo- mataron a tiros a 16 personas en Sydney durante la una celebración de la festividad judía de Janucá. El hecho se registró en Bondi Beach, una de las playas más populares de Australia ubicada en una zona en la cual residen muchos chilenos, especialmente jóvenes.
El ataque, fue calificado de "terrorista" y "antisemita" por las autoridades, sembró el miedo en los vecinos del lugar, quienes relataron cómo vivieron la situación.
"Escuchamos los disparos. Fue impactante; se sintió como diez minutos solo 'bang, bang, bang'. Parecía un arma potente", señaló a AFP Camilo Díaz, un estudiante chileno de 25 años que estaba en el lugar.
Por otro lado, Camila Estay, periodista chilena que trabaja actualmente en una agencia de estudios internacionales, relató a Emol lo vivido el domingo.
"Fue inesperado. Esta es una ciudad re tranquila. Además habíamos notado que el índice de delincuencia había aumentado un poco en Sydney en específico. Pero no era una cosa como para temer o preverlo", señaló la joven, quien al momento de los disparos se encontraba en una playa cercana.
"Mi primer discurso de acá siempre es que es un lugar tranquilo, en donde no pasa nada, por lo que fue súper chocante", agregó.
La periodista resaltó que Bondi es un sector "premium de los latinos", especialmente chilenos, argentinos y brasileños. En ese sentido, agregó que ella y sus conocidos entraron rápidamente en alerta "porque uno de nuestros rituales en la comunidad latina es ir a Bondi los fines de semana a ver el atardecer", horario en que estalló el atentado.
"Acá en Australia todo se hace por redes sociales, entonces en Facebook, en donde hay páginas especiales de cada comunidad, era notificación tras notificación diciendo que nadie vaya a la playa", agregó.
Por otra parte, Jorge Valdéz, un ciudadano mexicano-estadounidense que reside en Bondi, se encontraba en la playa al momento de los disparos. Valdéz relata que se estaba cambiando de ropa en un baño de la playa cuando se dio cuenta de la situación.
Ahí fue cuando escuchó unos sonidos "muy inusuales", refiriéndose a los disparos. Al principio, pensó que eran fuegos artificiales.
"Luego empecé a ver personas corriendo. Tuve que empujar personas, había un caos, personas escondiéndose. Fue muy caótico, de película y un poco traumante la verdad", afirmó.
Tras logar salir corriendo del lugar, logró tomar un bus y llegar en buen estado a su residencia.
Dentro de la lista de fallecidos se incluye una niña de 10 años, y la suma de heridos alcanza las 40 personas, entre ellos cuatro menores.