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Víctimas de Colonia Dignidad presentarán demanda colectiva contra el Estado de Chile

Luego de seis años de trabajo, 120 ex colonos y el abogado Winfried Hempel -quien también vivió en el recinto- solicitarán una reparación de un millón de dólares por afectado.

09 de Julio de 2016 | 16:31 | EFE
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EFE
SANTIAGO.- El 16 de agosto de 1968, un pequeño papel arrugado llegó a la embajada alemana en Santiago. Una caligrafía desesperada denunciaba que su familia estaba encerrada en Colonia Dignidad; que sus hijos eran golpeados a diario; que su mujer estaba aislada. "Por favor, sáquennos de aquí", indicaba el documento, pero el embajador jamás hizo nada.

El remitente era Natan Bohnau, un colono alemán residente desde 1961 junto a otros 300 compatriotas en una parcela del sur de Chile. Un "paraíso cristiano" al que llegaron huyendo de los estragos de la Segunda Guerra Mundial.

Pero la personalidad de su líder, Paul Schäfer, acabó convirtiendo el paraíso en un campo de concentración.

Antes de la carta de Natan, entre 1962 y 1968, cinco jóvenes lograron escapar de ese enclave situado a 400 kilómetros de Santiago. Tras ello arribaron a la embajada alemana, donde después de describir los horrores padecidos, fueron devueltos al recinto de Schäfer.

"Ni el Estado alemán ni el chileno hicieron nada, a pesar de que sabían que se cometían atrocidades", explica el abogado Winfried Hempel, nacido en Colonia Dignidad.

Hasta el año 2005, Schäfer sometió a niños y adultos en un lugar que funcionó como un "Estado dentro del Estado". Ningún país se atrevió a tocarlo.

"Se violaban todos los derechos garantizados en la Constitución y se cometían todos los delitos del Código Penal", denuncia el ex colono.

Tras seis años de trabajo, Winfried está a punto de presentar una demanda colectiva contra el Estado chileno. La querella, apoyada por 120 ex colonos, exige que se repare a cada víctima con un millón de dólares. Están convencidos de que ganarán.

"Durante cincuenta de los doscientos años de historia independiente de Chile, el Estado toleró que un grupo de extranjeros armados creara un enclave infranqueable donde se cometían toda clase de atrocidades. Esto es un fallo tremendamente grave", agregó el jurista.

La inacción de la diplomacia alemana también protegió indirectamente a Colonia Dignidad. En 1984 dos matrimonios que habían conseguido escapar del enclave denunciaron ante el Parlamento germano lo que allí ocurría. Aunque se inició un sumario criminal contra Schäfer, jamás se levantó una acusación formal.

Tras el estreno de "Colonia", la cinta que se adentra en el funcionamiento del recinto de Paul Schäfer, algunas cosas parecen estar cambiando en Alemania. El ministro de Exteriores, Franck Walter Steinmeier, reconoció en abril que el papel de la Embajada fue "escandaloso" y anunció la desclasificación de todas las actas relacionadas al tema.

Meses después, la fiscalía alemana pidió el ingreso en prisión de Harmut Hopp, un cómplice de Schäfer que huyó de Chile, donde estaba condenado por abusos sexuales.

Pero todo llega demasiado tarde para los colonos. Ahogados por las deudas causadas por la mala gestión pasada, la necesidad de cuidar a los ancianos y la obligación -por primera vez- de pagar a sus trabajadores, los actuales habitantes de Villa Baviera libran una batalla cotidiana para mantenerse a flote.

"Tienen que ayudarnos", clama Erika Tymm, una de las pobladoras. Como ella, la mayoría ya no quiere vivir más bajo la presión económica de una estructura creada por los fundadores. Desean ser dueños de su destino y tener una casa y un terreno para al fin vivir con dignidad.

Porque una década después de la desarticulación de la secta, la comunidad aún vive del "trabajo comunitario", que sólo a partir de 2005 empezó a ser remunerado.

Horst Schaffrick, de 58 años, ha vivido siempre en la Colonia pero ya no aguanta más. Está agotado y a punto de rendirse. Toda su vida ha trabajado sin cobrar y ahora no tiene un peso para criar a sus hijos o preparar su vejez.

"No me dejaron estudiar y no tengo ahorros. No pido tanto, sólo un pequeño terreno y algo de dinero para empezar de nuevo después de tanto sufrimiento. Podemos hacerlo pero tienen que ayudarnos. Nosotros también somos víctimas", sentenció.